asegurar entornos educación canina

Asegurar entornos, como hacerlo bien

En ocasiones los perros tienen problemas de gestión emocional en la calle por exceso de miedos, generalmente por inexperiencia o malas experiencias, en definitiva pobres o malos aprendizajes. Un perro que se enfrenta diariamente a un entorno que le supera pronto acaba empeorando si no consigue ASEGURAR EL ENTORNO.

 

Para que un perro asegure un entorno (casa, calle, parque, segunda residencia, etc..) necesita tener la oportunidad de estar en este entorno con estímulos muy bajos (lo más relajado posible) y muy poco tiempo las veces que sea necesario. Cada perro tiene sus tiempos. Y depende de la edad, el individuo y sus capacidades.

 

Cuando un entorno está asegurado todo lo que ocurra en este entorno será mucho más fácil de gestionar, (niños, perros, patinetes…) ya que el entorno está asegurado. Cuando un perro tiene el entorno asegurado comienza a sentir interés por lo que hay más allá de su zona asegurada y esto normalmente lleva a expandir su zona de confort y a seguir asegurando el entorno más allá.

 

Es importante tener en cuenta que los perros aseguran el entorno de forma periférica y circular, de modo que no debemos asegurar el entorno en una sola dirección, si no del epicentro asegurado hacia el exterior.

 

¿QUÉ ES NECESARIO PARA ASEGURAR UN ENTORNO?

IR POCO A POCO, al ritmo que marca el perro y dejando libertad total de poder volver y rehacer el camino.

TIEMPOS CORTOS DE EXPOSICIÓN al cabo del día. Lo exponemos poco tiempo al entorno para que no se vea superado.

UN BUEN REFERENTE que aporte calma, confianza y sepa cómo actuar y ayudarle.

EXPERIENCIAS DE BAJA INTENSIDAD que no aporten estrés y miedo.

DESCANSO de calidad y suficiente. Para esto es necesario que duerma más de 12 horas y haya calma en casa.

  

IR POCO A POCO:

A su ritmo, sin prisa, dándole siempre una referencia corporal de calma o de hacia dónde nos gustaría dirigirnos sin meter prisa o hacer uso de la correa. Estamos ahí para acompañar y retener la correa para que no se meta en problemas. El perro nos dirá cuando está interesado en algo o en seguir el paseo o si se ve superado. Al principio costará más y poco a poco irá dando pasos más largos probablemente. No desesperar al principio es muy importante. Podemos empezar por un paseo o dos al día. Dependerá de la gestión que haga el perro de la calle. Podemos colocar empapador por un tiempo o resignarnos a limpiar unos pises durante unos pocos días. Si el ritmo que marca el perro es lento nos adaptamos a su ritmo, si es excesivamente rápido deberíamos manejar la correa declarando el paso y aportar calma, puesto que a un ritmo rápido es muy difícil por no decir imposible asegurar el entorno. Es muy importante la libertad de decisión y movimiento a la hora de asegurar el entorno por lo que si el perro va atado necesitaremos hacer muy buen manejo de correa para no entorpecer el proceso y añadir estrés al paseo. 

 

TIEMPOS CORTOS DE EXPOSICIÓN:

Los perros necesitan salidas cortas y a horas en las que no hayan en la calle grandes estresores. La cuestión es entender que es mejor hacer pocos paseos al día y cortos que hacer pocos y muy largos. De este modo conseguimos no superar al perro en su umbral de miedo o capacidades y por otro lado conseguimos  tiempo de descanso y asimilación durante los tiempos de paseo y exposición que permiten un buen aprendizaje. Tiempos cortos de 5 a 10 o 15 minutos si el perro está gestionando bien y disfrutando de la calma y a medida que mejora ir subiendo poco a poco de forma gradual intentando evitar que se vea superado ni en tiempo ni en estímulos.

 

UN BUEN REFERENTE:

Necesitan de nuestra ayuda, comprensión y colaboración. Nunca hemos visto un perro perder miedos o ganar en confianza a base de exigencias, castigos, control excesivo, correcciones o al que se le obliga a enfrentarse constantemente a cosas que le dan miedo. Al contrario, los perros necesitan un buen referente de calma, entornos adecuados, experiencias, observación, aprendizajes y calma. Un buen referente hace buen manejo de correa, se comunica estupendamente con su perro y aporta calma y bienestar. Aporta confianza al perro y le hace entender que es un buen compañero que le comprende y en quien apoyarse cuando haga falta. Por supuesto, no hace falta decir que un buen referente nunca castiga a su perro por tener miedo.

 

EXPERIENCIAS DE BAJA INTENSIDAD:

Para que un perro disfrute del paseo y de la socialización es necesario que el perro se sienta seguro y eso pasa por asegurar el entorno antes.  Para que las experiencias no sean muy intensas debemos buscar las horas más tranquilas y con menos estresores. Demasiados estímulos, mucho tiempo de paseo, pueden hacer que el perro salga constantemente a la calle en un estado de alerta, o al menos, demasiado excitado, lo que hace que no pueda olfatear y captar información del entorno. En ocasiones, si el perro no olfatea podemos fomentar el uso del olfato aportando calma o decelerando el paso del paseo nosotros con el uso de la correa, acercándonos a zonas y quedándonos parados durante minutos para provocar una bajada tensión y estrés y que el perro deje de usar la vista y baje el hocico al suelo con la intención de olfatear. Esto funciona mejor en zonas en las que hay más orines u olores que en suelos limpios. Puede ayudarnos perros equilibrados y tranquilos de cualquier edad.

 

DESCANSO DE CALIDAD:

Es vital para el aprendizaje y la asimilación de conceptos. Para que el aprendizaje sea el correcto los perros deben reeditar las experiencias vividas y asimilarlas de forma adecuada. Para ello es necesario el descanso de calidad por lo que debemos fomentarlo en el hogar a través de un buen ambiente tranquilo y seguro además de procurarle varias zonas de descanso al perro para que pueda elegir el lugar que no siempre será el mismo. Cuantos más sitios tenga disponibles para descansar y más cómodos y confortables sean mejor. Lo ideal es que tengan variedad en cuanto a confort, alturas, tamaños, ventilación, temperatura de modo que pueda elegir entre su cama en el suelo al sol o a la sombra, el sofá, el suelo fresco o incluso nuestra cama. 

 

Hemos visto muchos casos en los que el perro no quería salir a pasear porque pasaba miedo a diario en la calle. Un error que solemos cometer las personas es querer que el perro no tenga miedo y disfrute pero es que no disfruta y tiene miedo por lo que o le ayudamos a asegurar el entorno y vemos resultados con el tiempo o nunca avanzará en la calle y si lo hace será de una forma mucho más lenta y tortuosa. 

 

Para terminar dos consejos que parecen obvios, pero que a veces no se tienen en cuenta. Ofrece el paseo a distintas horas para ver cuales son las que prefiere salir el perro y nunca le obligues a salir y pasear si no quiere. Si le obligas lo más probable es que a la próxima no quiera hacerlo, por lo que te aconsejamos probar a ofrecerle el paseo en otro momento del día.

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