estrés

ESTRÉS CANINO

LOS PERROS TAMBIÉN TIENEN ESTRÉS.

Teniendo en cuenta que el sistema nervioso del perro es más de un 90% compatible con el nuestro, no es difícil entender que los perros para vivir, al igual que los humanos, necesitan el estrés y el miedo.

El estrés al igual que el miedo, ya sea en perros o humanos, no se puede calificar ni de bueno ni de malo, es necesario. Lo que no es bueno es el exceso de estrés y/o de miedo. Por lo que podemos considerar normal tener miedo a un perro que ofrece conductas agresivas pero no a cualquier perro aunque pese 2 kilos y su conducta sea dócil y calmada.

Del mismo modo podemos considerar normal que a un perro le estresa en cierta medida una visita en casa, lo que no sería tan normal sería el hecho de que el perro no pudiera gestionar bien esa visita y diera señales de estrés y malestar llegando incluso a generar problemas en la familia o al propio invitado.

Lo contrario a un perro estresado o con estrés es un perro tranquilo y en calma. Normalmente, a los educadores caninos nos requieren porque los familiares observan conductas que le aportan problemas al perro y a la familia. Conductas que no vienen porque el perro es dominante, malo o “chulo”.

Son conductas cuyo origen está en el estrés y el miedo: Ladridos excesivos, conductas agresivas hacia perros o personas, destrozos en casa, micciones no deseadas en el hogar, el perro tira mucho de la correa, el perro lleva muy mal las visitas en casa, el perro no obedece y muchos más ejemplos de los que podemos observar que el perro no está en calma y le cuesta gestionar el estrés generado por la situación.

Por lo tanto, la mayoría de los problemas que se suelen dar en la convivencia tienen su origen en el estrés, que es exactamente lo contrario a la calma y la tranquilidad. 

SEÑALES DE ESTRÉS:

  • No poder parar quieto
  • Imposibilidad de tumbarse
  • Mordisquear cosas
  • Transportar cosas con la boca
  • Jadeo
  • Rascarse. Picores.
  • La monta
  • Sacudirse
  • Hipersalivar
  • Revolcarse por el suelo
  • Bostezar
  • Saltar en vertical
  • Llanto
  • Retropiloerección

Puedes observar si un perro está estresado porque da señales. Estas señales deben de saber interpretarse pues no siempre que un perro se rasca o se sacude es por estrés. Si atendemos al entorno y la situación que está viviendo podremos saber perfectamente si se tratan de señales de estrés.

 

DOS TIPOS DE ESTRÉS: “POSITIVO” Y “NEGATIVO”.

Podemos considerar para entenderlo mejor que hay dos tipos de estrés, uno que parte del malestar (al que podemos denominar negativo) y otro que parte de la felicidad y la alegría (al que podemos denominar positivo). Lo importante es saber que los dos generan estrés.

De este modo, cuando llegamos a casa o le tiramos la pelota al perro para que juegue, estamos generando estrés “positivo”. Y si por el contrario, nos enfadásemos con el perro o quisiera comer algo que no le dejásemos, estaríamos generando estrés negativo, ya que el perro se sentiría frustrado e incomprendido.

Es muy común que las personas entendamos que el estrés “negativo” es malo para el bienestar del perro, pero cuesta más entender que el estrés “positivo” también puede traer problemas de bienestar al perro, problemas de salud y problemas de convivencia con la familia.

 

EL ESTRÉS ES SUBJETIVO Y PERSONAL. 

La gestión que cada individuo hace del estrés es subjetiva y personal, es decir; una misma cosa puede estresar mucho a una persona y poco a otra. 

Lo mismo pasa con el miedo. A alguien puede darle miedo algo que a otra persona no. 

Los perros también gestionan el estrés de forma individual, de modo que puedes ver como hay perros que una determinada cosa les sienta muy mal y les estresa mucho y a otros no tanto. 

Un ejemplo serían las correcciones o el hecho de no darle acceso a otro perro con el que quiere relacionarse o saludar. 

Entonces, si el estrés es subjetivo y personal, ¿Nosotros como tutores tenemos alguna responsabilidad sobre sus niveles de estrés?

Por supuesto, pues sus niveles de estrés dependen de dos cosas: la vida que le demos al perro y cómo la gestione.

 Puedes darle exactamente la misma vida a dos perros, con la misma familia, el mismo hogar, las mismas rutinas, etc… Y que uno de los perros no presente señales de estrés y el otro perro presente muchas señales de forma diaria. 

Si la gestión que hace el perro del estrés es subjetiva y personal, dependerá de la vida que le ofrezcamos nosotros que tenga niveles de estrés más altos o más bajos. 

Un perro estresado piensa peor, escucha peor, obedece menos, ve más amenazas donde no las hay y puede disparar sus conductas instintivas con más facilidad. Y a la larga puede afectar a su sistema digestivo, a la piel o incluso dañar el sistema inmunológico del perro. 

Un perro con niveles de estrés bajos es todo lo contrario, entiende mejor, gestiona mejor las cosas, escucha mejor, se siente más seguro, se comunica mejor, ladra menos y está más sano.

 

¿CÓMO FUNCIONA EL ESTRÉS?

Es importante entender que el estrés SE ACUMULA COMO UNA MOCHILA QUE SE VA CARGANDO DE PESO y cuanto más pesa peor, más problemas tienen los perros. Pero además en ocasiones se “DISPARA” EN FORMA DE PICOS DE ESTRÉS.

Muchos picos de estrés en el día a día del perro pueden llevarlo a una acumulación de estrés, al igual que una vida sin necesidades bien cubiertas. Es esta “mochila” la que puede llevar al perro a un problema más grave de salud emocional y física, haciendo llegar al perro a lo que se denomina ESTRÉS CRÓNICO.

Las señales de estrés crónico pueden ser problemas de piel, problemas gastrointestinales, coprofagia, estereotipias, reactividad, hiperactividad, indefensión aprendida… 

Llegados a este punto es vital acudir a un etólogo veterinario para ayudar al perro a lidiar con su día a día y tratar de mejorar su salud y bienestar.

 

MECANISMOS QUE INTERVIENEN EN EL ESTRÉS CUANDO EL PERRO SE ESTRESA.

Ritmo cardíaco disparado, glóbulos rojos concentrándose en los músculos, aporte de adrenalina, aporte de testosterona, aporte de osteocalcina, aporte de dopamina, a largo plazo aumento de los niveles de cortisol y más cambios a nivel químico que aportan mucha energía al perro y reduce la capacidad de razonar del perro.

 

¿CÓMO REDUCIR LOS NIVELES DE ESTRÉS DE MI PERRO?

Podríamos resumir en una frase que reducir los niveles de estrés del perro es cubrir bien sus necesidades y evitar cosas que le alteren ya sea en cantidad o en intensidad, ya sea para bien o para mal. 

Además, habría que tener en cuenta la personalidad del individuo, los hay más sociables, más inseguros, más juguetones… Pero para entenderlo mejor a continuación vamos a exponer cómo podemos reducir los niveles de estrés del perro tanto en casa como en la calle:

– Rutina diaria adecuada y salir de la rutina de vez en cuando, a la naturaleza, bosque, montaña, playa, etc. Pueden ser de tres paseos al día aproximadamente de un total de una hora u hora y media aproximadamente, fuera de casa. Si un perro tiene problemas en la calle debería tener mucho descanso entre bajada y bajada y poco tiempo de exposición.

– Ambiente tranquilo en casa, movimientos lentos, volumen bajo, evitamos discusiones. Llegadas y salidas tranquilas.

– Modelo educacional amable y respetuoso; Dejamos las correcciones de lado y utilizamos la forma más amable de pedirle que deje de hacer algo si es que tiene que dejar de hacerlo. Convivencia libre de estrés y miedo. Utilizamos la palabra NO lo justo y necesario, no la utilizamos a diario. Si no la usamos mejor.

-Enriquecimiento ambiental adecuado y juguetes como alfombra olfativa, cuerda, peluches, juego de olfato en casa, kong con paté, cilindro con agujeros y premios, etc… Ambientador de lavanda les relaja y la vainilla evita ladridos, también pueden funcionar hormonas de apaciguamiento. Los snacks naturales deshidratados les gustan, desestresan y enriquecen. La música de piano tranquila les relaja mucho.

-Alimentación variada y de calidad y descanso de calidad y en cantidad. Esto es vital.

-Nivel de exigencia justo y necesario para su edad y su realidad; le pedimos lo que realmente necesitamos si puedo darlo. No le pidamos cosas que no necesitamos, se frustran y deterioran nuestra relación.

-Ejercicio físico y mental; es más importante el mental, solamente con dejar que olfatee lo que quiera y fomentar el olfato en los paseos llegará más cansado y relajado a casa que si se pone a correr. Sobre todo en entornos nuevos. El ejercicio inducido no es buena opción, así que nada de lanzarle cosas. Para que se ejercite debemos soltarlo y  hará el ejercicio que necesite especialmente si hay más perros. Cuidado y cabeza.

Si no podemos, no lo hacemos, siempre podemos buscar zonas seguras, valladas, ponerle una correa de 10 metros, un cordino de 15 o 20 metros y trabajar poco a poco. Cuidado con el nivel de excitación de los vallados, no es el mejor sitio para que un perro socialice.

-Paseos de calidad, que cubra sus necesidades, con buen manejo de correa adecuada mínimo de tres a cinco metros, vamos donde quiera ir siempre que no se meta en líos, le colocamos un arnés adecuado. Hacemos buen uso y manejo de correa que se perfecciona con el tiempo. Fomentamos la calma en los paseos y nuestra referencia siempre de calma. E intentamos darle movimiento al paseo, evitamos quedarnos parados mucho tiempo, a no ser que lo pida o lo necesite.  También se pueden hacer paradas de calma y observación del entorno.

Los paseos de calidad deben tener: libertad de movimiento y pensamiento, referencia de calma por nuestra parte, el mayor silencio posible, buen manejo de correa, material de paseo adecuado, mantenernos en un segundo o tercer plano, darle independencia, entornos adecuados, posibilidad de ejercitarse, olfatear y relacionarse con el entorno y otros perros.

– Socialización: A ser posible sin correa y en entornos adecuados y con perros sin graves problemas de conducta. Tenemos que darle la oportunidad a diario de socializar si quiere.

-Buena comunicación, le hablamos lo necesario, en tono tranquilo y amable, nada de excitarlo o regañarlo. Interacción sin excesos que es lo habitual y aprendemos y respetamos las señales de calma y advertencia. 

-Respecto al juego debemos entender que prácticamente va unido al estrés, jugar es emocionante y divertido y puede alterar bastante al perro por lo que recomendamos jugar en intensidad baja como lo haría un perro adulto y maduro. 

– Evitamos la soledad en la medida de lo posible. Y en ocasiones elegimos el mal menor porque es preferible dejar al perro en casa que enfrentarlo a un entorno que lo va a estresar o no va a gestionar bien por no estar preparado.

– Contacto de calidad y cariño. Lo que nos pida y le guste recibir. El contacto y el cariño no implica movimiento y las caricias si. Atendemos a sus acercamientos o a su comunicación para ver si le gusta. La caricia perfecta debe ser previsible, permitida, placentera y productiva. 

– Las visitas al veterinario o a la peluquería canina pueden estresar mucho al perro. Los vallados con niveles de excitación altos también. Cuidado con el espacio, los tiempos y los perros que hay dentro.

-Y por supuesto, proteger al perro de todo aquello que le da miedo en exceso.

Además existen terapias complementarias que pueden ayudar al perro a reducir sus niveles de estrés: Masajes, suplementos naturales, juegos de olfato, camisas anti estrés, hormonas de apaciguamiento, musicoterapia, flores de Bach, aromaterapia con aceites esenciales…

Como profesionales de la educación canina y asesores tratamos muchos casos en los que el perro ofrece conductas que preocupan o dificultan la convivencia familiar. 

Sea cual sea el problema, el mejor principio para ayudarles es proponer un buen plan de reducción de los niveles de estrés del perro. 

Esto hace que el perro en cuestión de tiempo, esté más tranquilo generalmente y de forma cotidiana, esté más sano física y mentalmente, que escuche mejor, que obedezca mejor, y que muchas conductas que complican la convivencia en el hogar o en la calle se reduzcan considerablemente o incluso desaparezcan. 

¡Cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!

miedo en perros

MIEDO EN PERROS. ¿COMO PUEDO AYUDARLE?

Lo primero que habría que valorar antes de querer ayudar a nuestro perro, sería entender que es el miedo .

El miedo es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. 

El miedo en perros, como en las personas, es una herramienta que nos ayuda a ser cautos, de ahí que no crucemos la calle sin mirar o nos tiremos de un balcón; por miedo a que nos pase algo.

Todos nacemos con predisposición a tener miedo, es una herramienta fantástica para sobrevivir; es natural tener miedo, sobre todo en edades tempranas. 

El miedo se cimenta en dos componentes: uno genético y otro adquirido

Es muy importante entender que en el día a día siempre hay experiencias positivas y negativas, y lo más importante es saber gestionar estas experiencias para no convertirse en traumáticas. 

Nuestras experiencias son las que condicionarán a que tendremos miedo: “aprenderemos” a tener miedo a algunas cosas más allá de nuestros miedos innatos o ancestrales.

La máxima expresión del miedo es el terror. Además, el miedo está relacionado con la ansiedad y el estrés. El estrés es la respuesta del organismo a un cambio y NO es específico, sino individual.

El estrés es la herramienta que permite al cuerpo adaptarse al ritmo diario. Sin estrés no podríamos vivir.

Lo que sí que debería de preocuparnos es la gestión del estrés y muy especialmente lo que se conoce como estrés crónico.

Señales de miedo en perros más comunes

Cola entre las piernas; Orejas hacia atrás; Temblores; Jadeos; Huida; Inmovilización; Salir corriendo o se muestra hiperactivo ante la imposibilidad de escapar; Ladra constantemente en tandas largas y nerviosas, ladrido penetrante, molesto.

Se manifiestan también de otras formas, tanto en actividad, como en lenguaje corporal y comportamiento.

Miedo en perros más comunes

El miedo en perros puede aparacer en cualquier situación, en función del momento, el entorno y el estado emocional, y sobre todo en edades tempranas, un cachorro al tener menos experiencias e información de estas y de los estimulos que le rodean, es mas facil que tenga mas miedos.

Ruidos inesperados, amenazas y castigos, discusiones externas, la soledad, ir atados sin posibilidad de escapar, estímulos sensoriales demasiado intensos, novedades externas, dueños inseguros, miedos heredados, mala manipulación, todo estos motivos pueden hacer aparecer el miedo en perros.

Tipos de miedo en perros e intensidades

El miedo en perros podemos catalogarlos en tres tipos:

MIEDO BAJA INTENSIDAD:

– Este miedo es BUENO. Es adaptativo y ayuda a ser cauto.

– Usa las señales de calma.

– Quiere investigar pero no se atreve.

– Avanza lento, retrocede rápido.

– Ante esos miedos, no darle importancia, no hablarle, ni mirarle.

– Actitud calmada ( SER BUEN REFERENTE ).

– ………..

MIEDO MEDIA INTENSIDAD:

– Muestra inseguridad

– Intenta hacer señales de calma.

– Aparecen síntomas de estrés; movimiento, saltar, coger cosas con la boca, rascarse, jadeo…

– Gruñe y amenaza a lo que le da miedo, quiere que se aleje.

– Si no supera el miedo, este empeora.

– El estrés activa la amígdala.

– …………

MIEDO ALTA INTENSIDAD:

– Lanza bocados a lo que le asusta

– NO emite señales de calma.

– Posiblemente dejó de ladrar y pensar; su objetivo es que se aleje lo que le da miedo o huir.

– Es posible que muerda lo que tiene cerca (correa, persona, perro..).

– …………

Comportamientos asociados al miedo en perros

Agresividad; Dependecia; Hiperactividad, Re-atividad, Egocentrismo/Hipersociabilidad; Indefensiñon aprendida; Estereotipias, comportamientos compulsivos…

Cómo ayudar a nuestro perro

La única manera que tenemos las personas de poder ayudar a nuestro perro cuando tiene miedo es comprender de dónde viene el miedo, cómo actuar para no generarle más miedo al perro y en todo caso ayudarle para que pueda superarlo o al menos gestionarlo mejor.

Una de las claves es intentar conseguir que el perro sea más seguro de sí mismo, confíe en sus entornos más próximos y que confíe más en la familia para que cuando se den estas situaciones que le provocan miedo ( petardos, viento, lluvia, otros perros, una bici…), el perro sepa gestionarlo de la mejor manera.

¿ Alguien se imagina estar asustado y nervioso y la persona en la que confías, te chille, te grite te golpeé? Pues esto se suele hacer cuando un perro está nervioso y asustado; nosotros le reprimimos, con las fatales consecuencias que puede traer esto 😵‍💫

Cuando un perro está asustado, necesita que alguien comprenda su miedo, que no pretenda que no lo exteriorice ni que sea reprimido y que le aporten toda la calma posible.

El miedo en perros se trabaja siempre desde el respeto y la empatía, jamás desde el castigo.❤️

Nuestra formación y experiencia en miedo en perros es amplia y actualizada. Si tienes un perro con problemas de gestión emocional, no dudes en contactar con nosotros.

¡Cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!