manejo de correa

¿ QUÉ ES UN BUEN MANEJO DE CORREA ?

PARA ENTENDER UN BUEN MANEJO DE CORREA.

Los perros van atados con una correa por seguridad para que no les pase nada ni a ellos ni a nadie, hacer un buen manejo de la correa es muy importante. Obviamente ningún perro, al igual que cualquier otro animal, ha nacido para ir atado. Podemos afirmar por lo tanto que ir atado es algo antinatural para los perros.

Esta afirmación junto con nuestro compromiso por el bienestar de los perros, nos lleva a hacer un manejo de correa amable y respetuoso. Proponemos un manejo de correa que ayude al perro a gestionar el entorno, le aporte bienestar, evite malestar, molestias, frustraciones y se asemeje todo lo posible, a simular que el perro no va atado con correa, evitando de esta forma tensiones constantes de correa, llevar al perro atado de forma que le moleste o utilizarla como forma de corrección o castigo.

 

¿Qué correa usamos y cómo la usamos?

La correa es un instrumento de seguridad y si queremos hacer un buen manejo de correa debe ser en nuestra opinión de cinco metros NO extensible. ¿Por qué utilizar una correa de cinco metros? Porque normalmente cinco metros suele ser suficiente para que el perro pueda gestionar el entorno y tener un mínimo de libertad que le permita cubrir necesidades y moverse sin complicaciones. Una correa de cinco metros (no extensible) podemos convertirla en una correa de dos metros si queremos. Pero una correa de dos metros no podemos hacerla más larga y a veces los perros necesitan más correa.

No aconsejamos correas de más de cinco metros salvo excepciones porque  cuando el perro se aleja más de cinco metros, la correa empieza a tocar el suelo y dejamos de manejarla.

Como ya os habréis dado cuenta nuestro manejo de correa no está pensado para la comodidad del humano sino que está pensado para el bienestar del perro.

 

Beneficios de un buen manejo de correa:

Un buen manejo de correa es esencial para que el perro tenga un paseo de calidad. Un buen manejo de una correa de cinco metros no extensible da libertad al perro para olfatear, interaccionar con el entorno, conocer perros, hacer marcajes, ejercitarse mentalmente, tener experiencias y aprender de ellas.

Una particularidad de las correas que solemos utilizar es que su material no suele rasgar y quemar la mano cuando hay un tirón. Además este material permite que la correa cuando entra en contacto con el suelo no se ensucie prácticamente y no se enganche. Otra particularidad muy interesante de la correa que solemos aconsejar y utilizar es que no tiene asa al final. La verdad es que no la necesitamos y si alguna vez soltamos la correa en el suelo para darle más libertad al perro la probabilidad de que se enganche con la correa es mucho menor sin asa que con asa.

Un buen manejo de correa como ya habréis imaginado es necesario hacerlo con dos manos. Es muy difícil por no decir imposible manejar una correa de cinco metros con una sola mano. Es por esto que no aconsejamos que una persona use dos correas de cinco metros para pasear a dos perros. Por supuesto estamos totalmente en contra de pasear a un perro llevándolo atado a la cintura, es decir, sin manejar la correa.

Siempre vamos a evitar correas extensibles puesto que van en tensión constante y son muy peligrosas en ocasiones. Siendo las correas que menos accidentes evitan e incluso las que más accidentes ocasionan.  

 

¿Qué hacer cuando el perro tira mucho de la correa o la tensa constantemente?

Mucha gente le da importancia al manejo de correa en el momento en que la correa se extiende por completo y el perro sigue tirando de ella. No somos partidarios de realizar ejercicios, como cambiar de rumbo, decirle «junto», parar en seco o practicar entrenamientos que están muy alejados de lo que significa relacionarse de forma natural con los perros.

Cuando un perro tensa una correa larga es porque no está tranquilo y lo que necesita con el paso de los días es más calma por lo menos en ese tramo en el que el perro tira tanto de la correa.

En estos momentos en los que el perro extiende toda la correa y sigue tirando de ella nosotros solemos acercarnos al perro recogiendo correa y cuando estamos cerca del perro volvemos a destensar y soltar correa. De este modo le evitamos frustraciones y malestar al perro y le enseñamos con nuestro manejo poco a poco y con el paso de los días, mientras conseguimos que se calme, que es mucho más cómodo y confortable caminar sin tensión que caminar con tensión.

En algunos casos vemos perros que durante mucho tiempo tiran constantemente de la correa, un ejercicio que en ocasiones hemos aconsejado es parar en una determinada zona libre de estresores, darle toda la correa posible y quedarnos parados hasta que el perro baja un poco de revoluciones y olfatea un poco el suelo y la zona. Tras estos momentos podemos reiniciar el paseo y lo que suele suceder es que tensa menos la correa y olfatea más.

¿Cualquiera puede hacer un buen manejo de correa?

Otro tema interesante del que podríamos hablar es de si tiene sentido que una persona de baja estatura, escasa corpulencia y en ocasiones avanzada edad, debe o puede llevar atado un perro de gran tamaño fuerza y corpulencia. Del mismo modo que ese perro no puede ir atado de la correa por un niño de seis años, por falta de capacidades, tampoco deberían hacerlo determinadas personas personas aunque no se trate de niños.

Imaginaros tener que hacer pasar a un perro por un adiestramiento con el objetivo de que un niño de seis años lo pueda llevar atado. Pues esto mismo se ve a diario, en lugar de adiestrarlos para que sean paseados por niños, son adiestrados de forma similar para que personas que no tienen capacidades para hacer un buen manejo puedan pasearlos.

En algunas ocasiones, este objetivo tratan de lograrlo a través de premios constantes y exigencias. En el peor de los casos los perros sufren correcciones y castigos para que acaben siendo guiados por una persona que no tiene capacidades para hacer un buen manejo.

Si hablamos de casos excepcionales en los que la persona tiene alguna discapacidad o característica especial, es entendible hacer pasar al perro por esto. Pero cuando se trata de una persona con plenas capacidades, las cuales no llegan a ser suficientes, no es tan entendible y como mínimo nos hace reflexionar.

Es muy importante destacar que el buen manejo de correa se aprende y perfecciona con el tiempo y experiencias y obviamente habrán personas más capacitadas que otras para ello lograrlo.

Si quieres a los perros átalos de forma amable y haz el mejor manejo de correa posible, el resultado serán paseos de mayor calidad, un perro más equilibrado y estable, y por supuesto, una mejor relación porque el perro sabe que el que maneja la correa eres tú.

 

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adoptar

EL HERMOSO Y SACRIFICADO PROCESO DE ADOPTAR A UN PERRO

Adoptar a un perro es uno de los gestos más bonitos y altruistas que podemos hacer las personas.

Adoptar es una decisión que cambia la vida tanto para el animal como para la persona y familia que lo adopta. 

Este proceso de adoptar a un perro  debe ser abordado con cuidado y responsabilidad para garantizar el bienestar del nuevo miembro de la familia y su integración exitosa en su nuevo hogar. 

A continuación, se describe la mejor manera de adoptar a un perro y las fases de adaptación que atravesará.

 

PREPARACIÓN ANTES DE ADOPTAR A UN PERRO

Antes de adoptar a un perro, es esencial reflexionar sobre el compromiso que implica tener un perro. 

Investigar sobre las razas que se adapten mejor al estilo de vida y nivel de actividad de la persona o familia es muy importante. 

Habría que considerar factores como el tamaño, características genéticas, necesidades específicas de su edad y cuidados.

Visitar refugios y/u organizaciones de rescate para conocer a los perros disponibles para adopción sería una buena toma de contacto, así como realizar paseos y pasar tiempo juntos para ir conociéndose y forjando un vínculo entre el humano y el perro. 

Los voluntarios y trabajadores del refugio pueden proporcionarte información sobre la personalidad y necesidades específicas de cada perro, ayudándote a tomar una decisión informada y pensada.

Cuando nos llaman, y nos piden una cita de asesoramiento antes de adoptar a un perro, nos da mucha confianza saber que su futura familia está muy interesada en hacer las cosas bien.

Tener claro cuáles serán las primeras cosas a tener en cuenta para hacerlo lo más fácil al perro, ya que para este  va a ser un gran cambio, es fundamental para que haya una buena adaptación y evitar futuros problemas que se pueden gestar desde los primeros días de la llegada del perro a su nuevo hogar.

 

PROCESO

Una vez se haya encontrado un perro que encaje bien con la familia o persona, el siguiente paso es completar el proceso de adopción.

Esto suele incluir llenar formularios, pasar entrevistas y, en algunos casos, realizar visitas domiciliarias. 

Estos pasos aseguran que el perro será acogido en un ambiente seguro y adecuado.

Algo que también sería importante valorar antes de adoptar, es hacer una acogida antes de adoptar a un perro, para ver si realmente tanto la familia como el perro se adaptan bien.

 

PREPARACIÓN DEL HOGAR

Antes de adoptar a un perro, habría que asegurarse de tener todo lo necesario: cama, tazones para comida y agua, correa, arnes preferibelemte mejor que un collar, juguetes adecuados y comida adecuada. 

Preparar un espacio tranquilo donde el perro pueda sentirse seguro y cómodo durante sus primeros días sería de las primeras cosas que la familia debería de fomentar.

Durante el proceso de adoptar a un perro, sería beneficioso sumar experiencias entre el humano y el perro mediante visitas y paseos, darle la oportunidad de ver su futura casa y el barrio con experiencias cortas y tranquilas, ayudaría a una mejor adaptación a estos entornos en un futuro próximo.

 

PRIMEROS DÍAS

Los primeros días de adoptar a un perro son cruciales para su adaptación, son muy importantes los primeros días ya que sentarán la base de sus futuros comportamientos.

Es normal que se sienta ansioso o asustado en un ambiente desconocido. 

Nadie se sentiría cómodo y seguro en un entorno nuevo, con personas desconocidas, así que hay que darle el tiempo necesario para que pueda familiarizarse con todos estos cambios.

Mantener un entorno tranquilo para que pueda descansar lo suficiente los primeros días, darle tiempo para explorar la casa y sus zonas más próximas ayudará a acostumbrarse a su nuevo entorno a su propio ritmo, esto debería de ser la máxima prioridad de su familia.

Si el primer aprendizaje que hace el perro (sobre todo si es un cachorro) cuando llega a la nueva casa, es que hay mucho estrés (positivo o negativo) y que es muy difícil descansar durante el dia, el dia de mañana será un perro excitado y nervioso, con las consecuencias en sus conductas que esto puede acarrear.

El perro se adaptará al entorno que le reciba y le prepare la familia, de ahí que los primeros meses se trata de que que el perro tenga entornos y experiencias muy tranquilas y de baja intensidad para que el día de mañana sea un perro tranquilo y equilibrado.

 

SI LLEGA A UNA CASA Y YA HAY UN PERRO

 

Si la familia adoptante ya tiene algún perro, lo ideal sería hacer la presentación en algún parque o zona muy tranquila, no en la casa directamente, intentando no sobreexcitar a ninguna parte.

Dar un paseo tranquilo de 5-10-15 minutos ayudará a normalizar esta presentación.

A la hora de subir, pueden subir juntos en el ascensor (por poner un ejemplo) si hemos notado que se llevan super bien desde el primer minuto, si no lo tenemos claro o no queremos correr riesgos, lo mejor es que subamos primero con el perro recién adoptado.

Dejarle deambular y que olfatee un poco toda la casa en general con nuestra presencia muy calmada y prepararle una zona de la casa para él, para poder estar tranquilo.

Las primeras horas despues de adoptar necesita asociar la casa, así como las personas y demás animales como algo tranquilo para poder DESCANSAR.

Cuanto más DESCANSO  tenga las primeras horas y días, mejor irán las cosas.

Lo ideal es que pudiéramos estar con él en esta estancia, haciéndole compañía para que pueda relajarse y DORMIR.

 

RUTINAS ADECUADAS DESPUES DE ADOPTAR

Los perros prosperan con la rutina, les aporta calma y seguridad, sobre todo al principio y cuando son jóvenes.

Establecer horarios regulares para la alimentación, paseos y tiempo de juego sería muy beneficioso.

Esto ayuda al perro a sentirse seguro y entender lo que se espera de él. 

La consistencia en la rutina facilita la adaptación.

Salir de la rutina también es bueno, cada 3-4 días estaría bien romper esa rutina y aprovechar para hacer alguna actividad como ir a la playa, dar un paseo por zonas más naturales, esto ayuda a bajar sus niveles de estrés del día a día y a mejorar el descanso.

 

PASEOS, JUEGOS Y SOCIALIZACIÓN

Los paseos al principio, sobre todo cuando es un cachorro deberían de estar enfocados a que pueda asegurar entorno, es decir; no querer enseñarle todo el barrio los primeros días, sino que de manera gradual pueda ver y reconocer los entornos más próximos a casa como lugares seguros.

Experiencias cortas y a baja intensidad evitando zonas o momentos del día que sepamos que puedan generarle demasiado estrés, por ejemplo la calle o el parque a la hora que estén todos los niños por la salida de la escuela.

Las primeras veces exponer al perro a los estímulos de la calle de manera progresiva y a baja intensidad le ayudará a hacer una asociación del entorno de la calle como un entorno tranquilo y esto es fundamental para los futuros paseos de calidad.

Es importante socializar al perro gradualmente con otros perros y para esto también deberíamos de ir poco a poco, dándole experiencias las primeras semanas a las horas más tranquilas y con perros no demasiado nerviosos, cuanto más equilibrados mejor.

Solo hay una primera vez, y lo ideal es que siempre sea positiva y calmada, de ahí que; comenzar con interacciones controladas y positivas para evitar que se sienta abrumado sería lo ideal las primeras semanas, tanto en el entorno de la calle como en el entorno del parque.

 

ATENCIÓN VETERINARIA Y SALUD

Programar una visita al veterinario poco después de la adopción para un chequeo general y para asegurarte de que el perro esté al día con sus vacunas y otros cuidados de salud. 

La primera vez que vaya al nuevo veterinario podría plantearse simplemente para que reconozca el sitio y que le puedan dar algún premio para positivizar la visita.

Esto ayudará a que la siguiente vez, quizás para una primera manipulación lo gestione mejor que si se hace el primer día, ya que no conoce el sitio ni las personas y puede hacer una peor gestión.

Solo hay una primera vez, y lo ideal es que siempre sea positiva y calmada, de ahí que; quizás la primera vez que va al veterinario solo debería de ser para obtener una buena sensación.

Mantén un calendario de visitas veterinarias regulares para garantizar su bienestar continuo.

 

ADAPTACIÓN 

Durante las primeras semanas , el perro puede mostrar signos de estrés o ansiedad. Puede que tenga comportamientos de evitación o busque esconderse. Es crucial darle espacio y tiempo para adaptarse.

Después del ajuste inicial, el perro comenzará a familiarizarse con su entorno y con los miembros de la familia. Es posible que empiece a mostrar su verdadera personalidad y a establecer un sentido de pertenencia.

A medida que pasa el tiempo, el perro fortalecerá su vínculo contigo y con los demás miembros de la familia. La consistencia en el cuidado y trato positivo reforzarán este vínculo.

Finalmente, el perro se asentará completamente, mostrando un comportamiento estable y confiado. En esta fase, se sentirá completamente seguro y adaptado a su nuevo hogar, y tú habrás ganado un compañero leal y amoroso.

Adoptar a un perro es una experiencia enriquecedora y gratificante.

Con paciencia, empatía, respeto, amor y dedicación, tu nuevo amigo de cuatro patas se adaptará y se convertirá en una parte integral de tu vida y familia.

 

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libertad

LA LIBERTAD DEL PERRO. SU DERECHO, NUESTRA RESPONSABILIDAD

Si hay algo realmente ANTINATURAL para cualquier animal es la privación de libertad, ya sea a través del confinamiento, estar atado o cualquier otro método. 

 

Es por esto que es sumamente importante que los perros tengan la máxima libertad posible, dentro de unos límites, y por supuesto los perros deberían de disfrutar de la libertad en algún momento del día. Y debería ser algo diario, no como algo exclusivo del fin de semana o una vez al mes.

 

LA LIBERTAD QUE UNA PERSONA LE DA A SU PERRO ES SUBJETIVA Y PERSONAL.

El principal motivo por el que las personas no sueltan de la correa a sus perros por MIEDO a que le ocurra algo y en segundo lugar y con mucha relevancia, MIEDO a una posible multa o sanción administrativa. De este modo, puedes encontrar en una familia de cinco personas, cuatro personas que sueltan al perro y una que no. O al contrario, una persona que lo suelta y cuatro que no lo sueltan.

Por lo tanto, el mayor motivo suele ser el miedo y no solamente no es criticable que una persona tenga miedo a que le ocurra algo negativo a su perro, si no que además hay que respetarlo.

 

CUANDO TIENEN MIEDO SE COMPLICA MUCHO DARLES LIBERTAD.

Un perro que tiene miedo no piensa correctamente, está estresado, no escucha bien, no obedece bien y dispara sus conductas instintivas con facilidad. La probabilidad de que un perro con miedo pueda salir corriendo y entrar en modo huida es muy alta y es lo que más vemos que dificulta darle libertad a un perro.

Son muchos los casos que conocemos de perros que han sufrido un accidente o se han perdido porque huían de algo por MIEDO. Perros que han escuchado un petardo, perros que han escuchado cualquier otro ruido, perros que huían de otros perros o personas que les daban miedo. Por lo tanto, si tu perro tiene miedo hay que “trabajar” en ello y ayudarle todo lo posible. 

En principio había que darle toda la libertad que nos sea posible con una condición; QUE NO LE SUCEDA NADA NEGATIVO Y GRAVE AL PERRO NI A NADIE.

 

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA DARLE MÁS LIBERTAD A NUESTRO PERRO?

 

EXPERIENCIAS:

Esto es fácil de decir y entender pero más difícil de poner en práctica. Para ello hay que darle libertad al perro de menos a más, de forma muy progresiva y gradual, teniendo como premisa la seguridad del perro. Entre llevar al perro atado y finalmente llevarlo suelto con total confianza hay un mar de situaciones, experiencias, aprendizajes, aciertos y errores. Son muchas las veces que habrás escuchado que lo más importante es que tu perro acuda a la llamada. 

  • CONSEGUIMOS LA MÁXIMA CALMA POSIBLE: Lo primero que debemos tratar de conseguir es una salida del perro más tranquila a la calle si es posible. Para ello debemos aportar calma en los paseos, cubrir bien sus necesidades, contar con un material de paseo adecuado, hacer un buen uso y manejo de la correa larga no extensible. Ser un referente de calma y evitar excitar al perro y situaciones que le exciten demasiado ya sea para bien o para mal. Con el paso del tiempo veremos señales de que el perro sale más tranquilo a la calle, piensa mejor y actúa con más calma.

 

  • APRENDER DE NUESTRO PERRO: Lo siguiente sería observar, conocer y aprender del perro con algo más de libertad. Sobre todo su forma de actuar, de reaccionar en la calle, de sus MIEDOS, su autocontrol, etc… y darle libertad con la correa todo lo posible. Para ello podemos usar una correa de cinco metros no extensible, de textura poco rugosa y suave que no queme nuestras manos cuando sintamos un tirón y que no arrastre cosas por el suelo.

         De esta forma podemos aprender cómo actúa e interactúa con el entorno, y es a través de esta información que nos dará la práctica, con la que nos sentiremos más seguros y                   perderemos miedos. Esto hace que ganemos en confianza y sepamos prevenir situaciones que pueden llevar a conflicto. Si nuestro perro actúa con normalidad y calma, piensa y               responde adecuadamente, tiene autocontrol y obedece con normalidad, entonces podemos estar más seguros. Y darle cada vez más libertad, ya sea dejando la correa suelta por               el  suelo a ratos o soltándole de la correa en algunos momentos ya sea porque está tranquilo o porque quiere socializar o ejercitarse un ratito.

 

LA LAMADA:

Obviamente es importante pero no tiene porqué acudir el 100% de las veces en el acto, es decir, hay que entender bien por qué y cuándo un perro puede acudir a la llamada. Un ejemplo para que lo entendáis: Una persona que tiene un cachorro de 5 meses que está en el campo y tienen una muy buena relación, se encuentran un perro de 8 meses y los sueltan.

En la primera carrera puede que los perros no obedezcan a la llamada pues son jóvenes, les falta madurez, tienen mucha necesidad de jugar y correr, pero ninguno de los dos perros se merece que no les den libertad por algo que todavía no les podemos pedir.

Seguro que esos mismos dos perros, si esperamos cinco minutos a que se conozcan y se peguen dos carreras, responderán mucho mejor a la llamada. Si los perros están equilibrados y no sienten miedo en exceso no tendría sentido que desaparecieran y se fueran corriendo, cuando sus seres queridos se encuentran en un determinado punto, la relación es buena y su vida depende de ellos. 

 

  • ENTENDER BIEN LA LLAMADA: No se debe entrenar como si fueran robots a base de repeticiones diarias, sino más bien entendiendo factores como:
  •  – ¿Tiene sentido que le llame ahora?
  • – ¿Cómo le estoy llamando?
  • – ¿Puede en ese momento darme lo que quiero?
  • – ¿Tiene autocontrol suficiente?
  • – ¿Tiene algún problema por el cual le cueste obedecerme? Miedos o 
  • – ¿Qué experiencias ha tenido tras nuestra llamada?
  • Cuando entendemos todos estos factores que influyen en el hecho de que un perro pueda obedecer y que no todos los perros lo harán del mismo modo, entonces podremos obtener las mejores llamadas, ya sean silenciosas, gestuales, más altamente sonoras, etc…

Cosas a tener en cuenta.

– El miedo: Cuántos más miedos tiene el perro más se complica darle libertad. Especial cuidado cuando nuestros perros son jóvenes o tienen miedo a algunos perros y aparecen de repente. En ese momento se puede disparar una carrera de huída y suele pasar en los primeros segundos. Lo mejor es prevenir esta llegada y ponerle la correa si no la lleva puesta o cogerla por un extremo si la lleva arrastrando.

– Las capacidades del perro: No todos los perros responden igual al soltarlos, dependiendo de las necesidades que tengan y el entorno pueden actuar de una forma u otra. El mismo perro probablemente sea más sencillo de soltar cuando sea un perro maduro y llegue a los dos años que cuando tenía 7 meses. Y no tendrá la misma capacidad de gestionar la libertad un perro que no tiene miedos excesivos de otro que sí los tiene. 

– El entorno: Debe estar lo más libre de estrés y excitación posible. Además es importante que haya espacio. Solar a un perro en un terreno de 5 metros cuadrados vallado no se le puede llamar libertad.

– El proceso: Primero con correa larga de 5 metros. Luego podemos seguir con correa larga (sin asa) y soltarla en el suelo. Siempre nos vamos a sentir más seguros si podemos coger al perro a una distancia de 5 metros. Y con el tiempo si aprendemos a evitar problemas y cómo responde nuestro perro, con suerte podremos empezar a darle plena libertad a ratos hasta que esos ratos se conviertan en gran parte del paseo si es posible y lo que deseamos.

Cada perro tiene su punto débil, habrán perros que les cueste acudir a la llamada o obedecer al “quieto” cuando están jugando, otros cuando huelan o vean una perra que les gusta o está en celo, otros porque tienen miedo, otros porque no están cómodos en ese lugar y otros porque han olfateado algo que les llama poderosamente la atención, como un familiar u otro animal.

Ventajas e inconvenientes de DARLE LIBERTAD al perro:

Ventajas: 

El perro obtiene más experiencias y consigue ser un perro más sabio, haciendo descubrimientos, obteniendo conocimientos, además de conocerse mejor a sí mismo.

El perro cubre mejor sus necesidades, además de ejercitarse física y mentalmente. 

El perro socializa mejor, obtiene herramientas para entenderse mejor y evitar conflictos con otros perros. 

La persona puede conocer realmente a su perro, saber cómo es, qué legista hacer, que intereses tiene o cómo le gusta relacionarse sin intervención humana. Además le permite aprender del perro a través de la observación durante las experiencias.

Inconvenientes:

El principal inconveniente es que le pase algo grave al perro o a alguien. Por esto es nuestra responsabilidad hacerlo con cuidado, con cabeza y tratando de no exponerlo al peligro de forma innecesaria.

Que el perro en un momento dado de camino a la adultez moleste un poco a alguien (aunque tratemos de evitarlo siempre), forma parte del proceso, para eso están las disculpas y la buena educación.

A los niños humanos les pasa exactamente igual, antes de ser adultos en algún momento molestaron a alguien y no por ello ponemos el grito en el cielo si somos un poco empíricos y la situación es normal. Otra cosa muy distinta es dejar que los perros o los niños que no son todavía adultos molesten en exceso a los demás sin ningún tipo de control porque hay que dejarles ser. Es nuestra responsabilidad ayudar a madurar a los perros, darles libertad con seguridad y respetar la libertad del prójimo.

 

Ventajas e inconvenientes de NO DARLE LIBERTAD al perro:

Ventajas: 

El perro no molesta, no se pierde y no lo muerden. Es decir, la única ventaja quizás podríamos hablar de la seguridad física del perro, pero no de la mental y emocional.

Inconvenientes:

Falta de experiencias. Falta de madurez.

Falta de habilidades sociales.

Mayores inseguridades y miedos.

Necesidades sin cubrir.

Desequilibrio emocional.

Pobre desarrollo físico y mental.

Mayor infelicidad, estrés y frustración.

 

CONCLUSIÓN REFLEXIVA

Personalmente pensamos que realmente la libertad que cada uno le da a su perro es personal y subjetiva y depende sobre todo de sus miedos, sus conocimientos, sus experiencias, el perro y su relación con el perro.

Llevamos toda la vida con perros y nuestros perros han disfrutado de libertad a diario. Desgraciadamente para ellos hemos vivido siempre en la ciudad con sus peligros y siempre hemos tenido y tendremos miedo a que les suceda algo negativo (igual que una madre con sus hijos). De hecho, incluso tenemos pesadillas por ello. Pero es nuestra responsabilidad que nuestros perros tengan el mayor bienestar posible y para ello sin duda es necesaria la libertad.

Por lo tanto, si quieres darle más libertad a tu perro, ve poco a poco, obtén conocimientos, obtén experiencias y aprende de ellas con la máxima seguridad que te sea posible. El que hace lo que puede no está obligado a más. Pero cómo puede cambiar toda la vida de un perro de llegar a un hogar en el que le dan libertad a diario a que le toque llegar a una casa dónde jamás lo soltarán de la correa.

Por último, por supuesto que hay perros que han tenido accidentes o han perdido la vida por darles libertad, pero no olvidemos que son más todavía los perros que han vivido plenamente hasta el final de sus días, que han mejorado su vida y su relación familiar dándoles más libertad.

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petardos

PERROS Y PETARDOS

El sonido de los petardos puede ser aterrador para muchos perros. 

Sus oídos sensibles captan los ruidos fuertes y repentinos, lo que puede causarles ansiedad y estrés.

A nosotros mismos, cuando suena un petardo o una traca y nos pilla por sorpresa también podemos tener una reacción de miedo, imaginaros eso escuchandolo 10 veces más y sin saber que realmente es una traca o un petardo, posiblemente nos asustáramos mucho más. 

En Valencia, a parte de la época de fallas que evidentemente son entre 15 y 20 días de petardos, tracas, mascletás y castillos nocturnos continuos y que afecta mucho a los perros, durante todo el año son muchas las ocasiones en las que se siguen utilizando los efectos pirotécnicos, ya sea por la celebración de un festejo, un gol, o cualquier evento…

A continuación, vamos a recomendar algunas estrategias para ayudar a los perros a gestionar este miedo de la mejor manera posible.

 

Crear un refugio o zona segura.

Proporciona a tu perro un lugar seguro y cómodo donde pueda esconderse cuando comiencen los petardos. 

Bajar las persianas al máximo, cerrar ventanas todo lo herméticamente posible, para amortiguar y aislar al máximo los ruidos, sería el primer paso para ayudarle a reducir la potencia con la que se oirán los petardos.

El uso de luces tenues también puede ayudarles, hay perros que quizás con la oscuridad lo lleven mejor o peor, pero una luz tenue relajante sería una buena opción.

Pon su cama, mantas, bebederos y demás utensilios que suela usar para su descanso en la habitación más alejada o aislada de los ruidos, normalmente los baños o habitaciones interiores suelen ser las más alejadas de las ventanas.

Puede ser una habitación tranquila de la casa, un transportín o una cama cómoda en una esquina o debajo de la mesa, según lo que vuestro perro os indique. 

Puede que un perro prefiera estar en el baño y otro en su transportín o debajo de la mesa de la cocina, a cada cual, lo que le aporte más seguridad, y debe de tener la posibilidad de elegir y no ser nosotros el que le forcemos a estar en una zona si realmente no es la que al perro le resulta la más segura.

Siempre tiene que tener la posibilidad de poder salir y entrar de este entorno seguro, es decir; no cerraremos la puerta del baño o del transportín ( por poner un ejemplo ) para que pueda tener opción de salir si lo necesita.

Asegúrate de que este espacio esté alejado del ruido tanto como sea posible.

 

Usa ruido blanco o música relajante

El ruido blanco o la música suave pueden ayudar a amortiguar los sonidos de los petardos. 

Hay muchos estudios que aseguran que el uso de música adecuada puede ayudar a los perros a bajar sus niveles de estrés.

Hay listas de reproducción y aplicaciones específicas diseñadas para calmar a los perros. También puedes dejar la televisión o la radio encendidas a un volumen bajo.

En un directo que hicimos varios educadores caninos sobre este tema, un consejo fue que durante todo el año podríamos habituar a los perros a la música rock/heavy en los que el uso de batería es muy frecuente, para que cuando llegan estos episodios de petardos, al usar esta música y el perro ya estar habituado, puede que los golpes de batería de este tipo de música en un volumen alto pueden disimular los efectos sonoros de los petardos.

La música clásica es también muy utilizada, música usada para el yoga o retiros espirituales, aquí habría que ver cual es la que más beneficios le aporta a nuestro perro en particular, recordar que cada perro es distinto y lo que le puede funcionar a un perro puede no servirle a otro.

 

Mantén la calma y sé un buen ejemplo

Los perros son muy perceptivos y pueden captar el estrés y la ansiedad de sus dueños. Trata de mantener la calma y actuar con normalidad.

Aportar calma, permanecer a su lado de manera tranquila puede ayudarle.

Si a tu perro, le calma hablarle en un tono tranquilo y reconfortante o acariciarle hace que se relaje no dudes en hacerlo.

 

Paseos y juegos mentales

Hacer algún paseo antes de las horas de los efectos pirotécnicos sería también algo a tener en cuenta, en estos paseos debería de tener la posibilidad de ejercitarse si es necesario, tanto físicamente como mentalmente.

Si por ejemplo, podemos ir a la playa o a un entorno lo más natural posible para que cubra sus necesidades, haga el deporte físico que le apetezca y acabamos la actividad con un paseo en el que pueda dedicarse a olfatear para llegara casa lo más relajado posible, le ayudará posiblemente a hacer una mejor gestión del el episodio de miedo que aparecerá en un futuro.

Juegos de olfato, rompecabezas para perros y sesiones de enriquecimiento ambiental, pistas de confianza en casa, antes de estos episodios de ruidos por petardos también pueden ayudar.

 

Productos Calmantes

Existen productos en el mercado diseñados para calmar a los perros durante situaciones estresantes, como chalecos de presión, feromonas y suplementos naturales.

Los chalecos de presión, como el Thundershirt, aplican una presión suave y constante que puede tener un efecto calmante.

Complementos nutricionales como CBD, triptófano, valeriana, pasiflora.

Snacks naturales adaptados a sus características (tamaño, dureza..) también puede ayudarles a reconducir esos momentos tan estresantes, siempre y cuando el perro no se vea muy bloqueado por sus miedos, pero darle la opción de usarlos sería una herramienta más

Las feromonas, disponibles en difusores o collares, imitan las sustancias naturales que producen las madres para calmar a sus cachorros.

Aceites esenciales como lavanda, geranio, frankincense, ylang-ylang son algunos de los muchos que se pueden utilizar.

En todos estos casos, lo ideal es consultar antes con un veterinario, etólogo o especialista en este campo en particular.

 

Evita la exposición directa

Durante eventos donde se espera el uso de petardos, como fiestas o celebraciones, intenta mantener a tu perro en casa, evitar sacarlo a pasear a esas horas y no dejarlo solo en casa.

Poder salir de la zona e ir a un entorno alejado lo más natural posible en el que el perro no escuche o haga una buena gestión de los petardos sería lo ideal. 

 

Desensibilización y contracondicionamiento

Este es un enfoque a largo plazo que puede ayudar a reducir el miedo de tu perro a los petardos. 

Consiste en exponer gradualmente a tu perro a sonidos de petardos a un volumen bajo mientras le das premios y elogios. A medida que tu perro se acostumbra al sonido, puedes aumentar gradualmente el volumen. 

Este proceso debe hacerse de manera gradual y con paciencia. Si desde que llega un cachorro a casa, trabajamos esto diariamente, posiblemente en épocas de espectáculos pirotécnicos el perro tendría mucho menos miedo.

No hay que acordarse del problema cuando ya lo tenemos encima, habría que trabajarlo durante todo el año para poder ayudarles realmente de la manera más eficaz.

 

Consulta con un veterinario o etólogo

Si el miedo de tu perro a los petardos es extremo, puede ser útil hablar con tu veterinario. Ellos pueden recomendar medicamentos ansiolíticos para ayudar a tu perro a sobrellevar los momentos de mayor estrés.

 

En definitiva

Ayudar a tu perro a enfrentar el miedo a los petardos requiere tiempo, paciencia y una combinación de estrategias.

Entender el miedo de tu perro y actuar de manera proactiva puede hacer una gran diferencia en su bienestar durante estos momentos estresantes. 

Con tu apoyo y las herramientas adecuadas, puedes ayudar a tu perro a sentirse más seguro y tranquilo cuando aparecen los temidos petardos.

 

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estrés

ESTRÉS CANINO

LOS PERROS TAMBIÉN TIENEN ESTRÉS.

Teniendo en cuenta que el sistema nervioso del perro es más de un 90% compatible con el nuestro, no es difícil entender que los perros para vivir, al igual que los humanos, necesitan el estrés y el miedo.

El estrés al igual que el miedo, ya sea en perros o humanos, no se puede calificar ni de bueno ni de malo, es necesario. Lo que no es bueno es el exceso de estrés y/o de miedo. Por lo que podemos considerar normal tener miedo a un perro que ofrece conductas agresivas pero no a cualquier perro aunque pese 2 kilos y su conducta sea dócil y calmada.

Del mismo modo podemos considerar normal que a un perro le estresa en cierta medida una visita en casa, lo que no sería tan normal sería el hecho de que el perro no pudiera gestionar bien esa visita y diera señales de estrés y malestar llegando incluso a generar problemas en la familia o al propio invitado.

Lo contrario a un perro estresado o con estrés es un perro tranquilo y en calma. Normalmente, a los educadores caninos nos requieren porque los familiares observan conductas que le aportan problemas al perro y a la familia. Conductas que no vienen porque el perro es dominante, malo o “chulo”.

Son conductas cuyo origen está en el estrés y el miedo: Ladridos excesivos, conductas agresivas hacia perros o personas, destrozos en casa, micciones no deseadas en el hogar, el perro tira mucho de la correa, el perro lleva muy mal las visitas en casa, el perro no obedece y muchos más ejemplos de los que podemos observar que el perro no está en calma y le cuesta gestionar el estrés generado por la situación.

Por lo tanto, la mayoría de los problemas que se suelen dar en la convivencia tienen su origen en el estrés, que es exactamente lo contrario a la calma y la tranquilidad. 

SEÑALES DE ESTRÉS:

  • No poder parar quieto
  • Imposibilidad de tumbarse
  • Mordisquear cosas
  • Transportar cosas con la boca
  • Jadeo
  • Rascarse. Picores.
  • La monta
  • Sacudirse
  • Hipersalivar
  • Revolcarse por el suelo
  • Bostezar
  • Saltar en vertical
  • Llanto
  • Retropiloerección

Puedes observar si un perro está estresado porque da señales. Estas señales deben de saber interpretarse pues no siempre que un perro se rasca o se sacude es por estrés. Si atendemos al entorno y la situación que está viviendo podremos saber perfectamente si se tratan de señales de estrés.

 

DOS TIPOS DE ESTRÉS: “POSITIVO” Y “NEGATIVO”.

Podemos considerar para entenderlo mejor que hay dos tipos de estrés, uno que parte del malestar (al que podemos denominar negativo) y otro que parte de la felicidad y la alegría (al que podemos denominar positivo). Lo importante es saber que los dos generan estrés.

De este modo, cuando llegamos a casa o le tiramos la pelota al perro para que juegue, estamos generando estrés “positivo”. Y si por el contrario, nos enfadásemos con el perro o quisiera comer algo que no le dejásemos, estaríamos generando estrés negativo, ya que el perro se sentiría frustrado e incomprendido.

Es muy común que las personas entendamos que el estrés “negativo” es malo para el bienestar del perro, pero cuesta más entender que el estrés “positivo” también puede traer problemas de bienestar al perro, problemas de salud y problemas de convivencia con la familia.

 

EL ESTRÉS ES SUBJETIVO Y PERSONAL. 

La gestión que cada individuo hace del estrés es subjetiva y personal, es decir; una misma cosa puede estresar mucho a una persona y poco a otra. 

Lo mismo pasa con el miedo. A alguien puede darle miedo algo que a otra persona no. 

Los perros también gestionan el estrés de forma individual, de modo que puedes ver como hay perros que una determinada cosa les sienta muy mal y les estresa mucho y a otros no tanto. 

Un ejemplo serían las correcciones o el hecho de no darle acceso a otro perro con el que quiere relacionarse o saludar. 

Entonces, si el estrés es subjetivo y personal, ¿Nosotros como tutores tenemos alguna responsabilidad sobre sus niveles de estrés?

Por supuesto, pues sus niveles de estrés dependen de dos cosas: la vida que le demos al perro y cómo la gestione.

 Puedes darle exactamente la misma vida a dos perros, con la misma familia, el mismo hogar, las mismas rutinas, etc… Y que uno de los perros no presente señales de estrés y el otro perro presente muchas señales de forma diaria. 

Si la gestión que hace el perro del estrés es subjetiva y personal, dependerá de la vida que le ofrezcamos nosotros que tenga niveles de estrés más altos o más bajos. 

Un perro estresado piensa peor, escucha peor, obedece menos, ve más amenazas donde no las hay y puede disparar sus conductas instintivas con más facilidad. Y a la larga puede afectar a su sistema digestivo, a la piel o incluso dañar el sistema inmunológico del perro. 

Un perro con niveles de estrés bajos es todo lo contrario, entiende mejor, gestiona mejor las cosas, escucha mejor, se siente más seguro, se comunica mejor, ladra menos y está más sano.

 

¿CÓMO FUNCIONA EL ESTRÉS?

Es importante entender que el estrés SE ACUMULA COMO UNA MOCHILA QUE SE VA CARGANDO DE PESO y cuanto más pesa peor, más problemas tienen los perros. Pero además en ocasiones se “DISPARA” EN FORMA DE PICOS DE ESTRÉS.

Muchos picos de estrés en el día a día del perro pueden llevarlo a una acumulación de estrés, al igual que una vida sin necesidades bien cubiertas. Es esta “mochila” la que puede llevar al perro a un problema más grave de salud emocional y física, haciendo llegar al perro a lo que se denomina ESTRÉS CRÓNICO.

Las señales de estrés crónico pueden ser problemas de piel, problemas gastrointestinales, coprofagia, estereotipias, reactividad, hiperactividad, indefensión aprendida… 

Llegados a este punto es vital acudir a un etólogo veterinario para ayudar al perro a lidiar con su día a día y tratar de mejorar su salud y bienestar.

 

MECANISMOS QUE INTERVIENEN EN EL ESTRÉS CUANDO EL PERRO SE ESTRESA.

Ritmo cardíaco disparado, glóbulos rojos concentrándose en los músculos, aporte de adrenalina, aporte de testosterona, aporte de osteocalcina, aporte de dopamina, a largo plazo aumento de los niveles de cortisol y más cambios a nivel químico que aportan mucha energía al perro y reduce la capacidad de razonar del perro.

 

¿CÓMO REDUCIR LOS NIVELES DE ESTRÉS DE MI PERRO?

Podríamos resumir en una frase que reducir los niveles de estrés del perro es cubrir bien sus necesidades y evitar cosas que le alteren ya sea en cantidad o en intensidad, ya sea para bien o para mal. 

Además, habría que tener en cuenta la personalidad del individuo, los hay más sociables, más inseguros, más juguetones… Pero para entenderlo mejor a continuación vamos a exponer cómo podemos reducir los niveles de estrés del perro tanto en casa como en la calle:

– Rutina diaria adecuada y salir de la rutina de vez en cuando, a la naturaleza, bosque, montaña, playa, etc. Pueden ser de tres paseos al día aproximadamente de un total de una hora u hora y media aproximadamente, fuera de casa. Si un perro tiene problemas en la calle debería tener mucho descanso entre bajada y bajada y poco tiempo de exposición.

– Ambiente tranquilo en casa, movimientos lentos, volumen bajo, evitamos discusiones. Llegadas y salidas tranquilas.

– Modelo educacional amable y respetuoso; Dejamos las correcciones de lado y utilizamos la forma más amable de pedirle que deje de hacer algo si es que tiene que dejar de hacerlo. Convivencia libre de estrés y miedo. Utilizamos la palabra NO lo justo y necesario, no la utilizamos a diario. Si no la usamos mejor.

-Enriquecimiento ambiental adecuado y juguetes como alfombra olfativa, cuerda, peluches, juego de olfato en casa, kong con paté, cilindro con agujeros y premios, etc… Ambientador de lavanda les relaja y la vainilla evita ladridos, también pueden funcionar hormonas de apaciguamiento. Los snacks naturales deshidratados les gustan, desestresan y enriquecen. La música de piano tranquila les relaja mucho.

-Alimentación variada y de calidad y descanso de calidad y en cantidad. Esto es vital.

-Nivel de exigencia justo y necesario para su edad y su realidad; le pedimos lo que realmente necesitamos si puedo darlo. No le pidamos cosas que no necesitamos, se frustran y deterioran nuestra relación.

-Ejercicio físico y mental; es más importante el mental, solamente con dejar que olfatee lo que quiera y fomentar el olfato en los paseos llegará más cansado y relajado a casa que si se pone a correr. Sobre todo en entornos nuevos. El ejercicio inducido no es buena opción, así que nada de lanzarle cosas. Para que se ejercite debemos soltarlo y  hará el ejercicio que necesite especialmente si hay más perros. Cuidado y cabeza.

Si no podemos, no lo hacemos, siempre podemos buscar zonas seguras, valladas, ponerle una correa de 10 metros, un cordino de 15 o 20 metros y trabajar poco a poco. Cuidado con el nivel de excitación de los vallados, no es el mejor sitio para que un perro socialice.

-Paseos de calidad, que cubra sus necesidades, con buen manejo de correa adecuada mínimo de tres a cinco metros, vamos donde quiera ir siempre que no se meta en líos, le colocamos un arnés adecuado. Hacemos buen uso y manejo de correa que se perfecciona con el tiempo. Fomentamos la calma en los paseos y nuestra referencia siempre de calma. E intentamos darle movimiento al paseo, evitamos quedarnos parados mucho tiempo, a no ser que lo pida o lo necesite.  También se pueden hacer paradas de calma y observación del entorno.

Los paseos de calidad deben tener: libertad de movimiento y pensamiento, referencia de calma por nuestra parte, el mayor silencio posible, buen manejo de correa, material de paseo adecuado, mantenernos en un segundo o tercer plano, darle independencia, entornos adecuados, posibilidad de ejercitarse, olfatear y relacionarse con el entorno y otros perros.

– Socialización: A ser posible sin correa y en entornos adecuados y con perros sin graves problemas de conducta. Tenemos que darle la oportunidad a diario de socializar si quiere.

-Buena comunicación, le hablamos lo necesario, en tono tranquilo y amable, nada de excitarlo o regañarlo. Interacción sin excesos que es lo habitual y aprendemos y respetamos las señales de calma y advertencia. 

-Respecto al juego debemos entender que prácticamente va unido al estrés, jugar es emocionante y divertido y puede alterar bastante al perro por lo que recomendamos jugar en intensidad baja como lo haría un perro adulto y maduro. 

– Evitamos la soledad en la medida de lo posible. Y en ocasiones elegimos el mal menor porque es preferible dejar al perro en casa que enfrentarlo a un entorno que lo va a estresar o no va a gestionar bien por no estar preparado.

– Contacto de calidad y cariño. Lo que nos pida y le guste recibir. El contacto y el cariño no implica movimiento y las caricias si. Atendemos a sus acercamientos o a su comunicación para ver si le gusta. La caricia perfecta debe ser previsible, permitida, placentera y productiva. 

– Las visitas al veterinario o a la peluquería canina pueden estresar mucho al perro. Los vallados con niveles de excitación altos también. Cuidado con el espacio, los tiempos y los perros que hay dentro.

-Y por supuesto, proteger al perro de todo aquello que le da miedo en exceso.

Además existen terapias complementarias que pueden ayudar al perro a reducir sus niveles de estrés: Masajes, suplementos naturales, juegos de olfato, camisas anti estrés, hormonas de apaciguamiento, musicoterapia, flores de Bach, aromaterapia con aceites esenciales…

Como profesionales de la educación canina y asesores tratamos muchos casos en los que el perro ofrece conductas que preocupan o dificultan la convivencia familiar. 

Sea cual sea el problema, el mejor principio para ayudarles es proponer un buen plan de reducción de los niveles de estrés del perro. 

Esto hace que el perro en cuestión de tiempo, esté más tranquilo generalmente y de forma cotidiana, esté más sano física y mentalmente, que escuche mejor, que obedezca mejor, y que muchas conductas que complican la convivencia en el hogar o en la calle se reduzcan considerablemente o incluso desaparezcan. 

¡Cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!

perros y niños

PERROS Y NIÑOS

Son muchas las familias en las que conviven perros y niños, y si la cosas se hacen bien puede ser una experiencia muy bonita, pero en otros casos, la experiencia puede complicarse ya que es un gran cambio para todos.

Vamos a abordar como deberíamos de preparar a nuestro perro de la manera más amable y respetuosa ante la llegada de un bebe al hogar, ya que sin duda, hacer una buena transición en los cambios que van a suceder ayudará a nuestro perro a hacer una mejor gestión de estos cambios.

También hablaremos de como sería la mejor manera de una primera presentación entre perros y niños.

Durante el embarazo se pueden ir preparando muy progresivamente todas esas rutinas y cambios que se prevén, preparar nuevas estrategias para poder cubrir sus necesidades, para que sea un proceso totalmente natural.

Los tiempos y la calidad de los paseos suelen cambiar, las rutinas también suelen verse afectadas, así como sus posibilidades de socialización, los tiempos de descansos y la calidad de estos, nuevas limitaciones.. y este cúmulo de cambios acaban por desencadenar esos cambios en su comportamiento.

Los perros son muy sensibles a los cambios en su entorno y en sus rutinas.

 

CAMBIOS EN LAS RUTINAS

Lo primero que deberían de pensar los tutores es en los cambios que van a suceder en sus rutinas y en la del perro para habituarse progresivamente.

Los bebés alteran significativamente las rutinas diarias. Si el perro está acostumbrado a un horario estricto para paseos y comidas, empieza a variar los horarios gradualmente para que se acostumbre a la flexibilidad.

Posiblemente cambien los horarios de paseos, y de quién realiza los paseos, porque si la mamá tiene que estar en casa con el bebé durante la lactancia posiblemente sea el papá o la otra persona la que tenga que ocuparse de los paseos del perro.

Estos cambios en las rutinas de paseos deberían de ir dándose de manera gradual para que luego no sea algo que al perro le pueda crear confusión.

 

CAMBIOS EN  ZONAS DE LA CASA

También hay que valorar si vamos a cambiar zonas de uso restringido para el niño, deberíamos de ir habituando al perro a dejar de usar esas zonas de manera progresiva.

De la misma manera, habría que proporcionar un lugar tranquilo donde el perro pueda retirarse si necesita un descanso. Este debe ser un espacio donde se sienta seguro y no sea molestado.  

Al igual que puede haber una zona para el descanso del niño y que en ciertos momentos puede que no se le permita entrar al perro, a la inversa tambien deberia de darse; una zona en la que el perro pueda estar tranquilo sin la posibilidad de que el niño pueda entrar, sobre todo si no hay una supervisión de los tutores.

PRESENTACIÓN ENTRE PERROS Y NIÑOS

El primer encuentro entre perros y niños debería de ser de manera natural, en un entorno tranquilo y controlado.

Las personas no deberían sobreexcitar al perro para que este pueda asociar la presencia del niño con algo tranquilo, permitiendo acercarse y olerle.

Observar cuidadosamente las reacciones de los perros y niños y reforzar los comportamientos tranquilos y curiosos.

Fomentar momentos de descanso y de calma entre ambos, ayudarán a normalizar y mejorar el vínculo.

Nunca habría que dejar solos a los perros y niños sin supervisión.

 

TIEMPO Y ATENCIÓN

En muchos casos, suele darse que, antes de la llegada del niño, el perro es el centro de atención de las personas, todo gira en torno a él y de repente, en cuanto llega el nuevo miembro esta atención y el tiempo que se les proporciona cambia totalmente.

El tiempo que se le puede ofrecer a los perros cambia considerablemente, en muchas ocasiones disminuye y casi siempre en presencia de otro ser vivo, en este caso el bebe y que también reclama atención.

La atención recibida ya no es la misma y cuando se le da, casi siempre está presente el niño, y eso puede llegar a ser frustrante para el perro si no se le ha ido habituando de manera progresiva.

Sería muy positivo poder mantener ciertas rutinas en las que el perro pueda recibir atención, paseos, juegos, momentos de contacto y descanso en las que el protagonista sea él también, para que no se sienta desplazado y con la frustración que esto le puede generar. 

Fomentar experiencias de calidad y poco estresantes como paseos tranquilos, siestas entre perros y niños sería una buena manera de reforzar el vínculo y el respeto entre ellos.

 

SUPERVISIÓN ENTRE PERROS Y NIÑOS

La mayor tasa de agresividad se da en perros y niños y eso se entiende teniendo en cuenta que los bebés a medida que crecen y empiezan a gatear y tienen más autonomía son mucho más intensos, invasivos y estresantes para los perros.

Todos estos comportamientos se traducen en perros mucho más estresados, con peor gestión emocional y si no hay una buena supervisión, puede acabar en una agresividad de los perros hacia los niños.

Hay que explicar a los niños que los perros no son un juguete y que debemos de respetar sus espacios, evitar la sobreestimulación y fijarse en su lenguaje corporal para saber si estamos siendo molestos.

 

LLEGADA DE UN PERRO A UNA CASA CON NIÑOS

En el caso de que sea un perro el que llega a una nueva familia en la que hay niños, lo primero sería hacerles entender a los niños que el cambio que supone para el perro llegar a un entorno nuevo con personas nuevas va a ser bastante estresante.

Los primeros días solo deberíamos de preocuparnos de que el perro haga una asociación de que tanto las personas como los niños no son un peligro, por lo tanto hay que dejarle tranquilo y fomentar mucha calma y promover momentos de descanso y tranquilidad.

Eduquemos a los niños en el respeto hacia los perros. Serán mejores personas, los perros serán más felices y habrán muchos menos «accidentes» indeseados.

 

CONCLUSIÓN

La adaptación para una buena relación entre perros y niños es un proceso gradual. 

Darle tiempo al perro para que se acostumbre al nuevo miembro de la familia es crucial. 

Algunos perros pueden necesitar más tiempo que otros para adaptarse completamente.

La llegada de un bebé a un hogar con un perro puede manejarse de manera exitosa con planificación, paciencia y respeto. 

Al preparar adecuadamente al perro y proporcionar un ambiente seguro y controlado, es posible fomentar una relación armoniosa entre los perros y niños, asegurando el bienestar de toda la familia.

La llegada del nuevo miembro de la familia no debería de generar ningún problema a nuestro perro, sino todo lo contrario, una implementación de la felicidad como parte de la unidad familiar.

Con buenas pautas, respeto y empatia se puede conseguir una buena relación entre perros y niños.

¡Cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!

juegos

EL FASCINANTE MUNDO DE LOS JUEGOS EN LOS PERROS

Los juegos son una de las principales actividades que hace la familia cuando un cachorro llega a casa.

Se le enseña mediante el juego a obedecer; a sentarse, a darnos la pata, a tumbarse…, también se juega a perseguir una pelota o a tirar de una cuerda, es decir; lo primero que suele hacer la familia cuando llega un perro joven a casa es jugar con él. 

El juego está pensado para crear situaciones con el fin de proporcionar entretenimiento y diversión, lo que no se suele tener en cuenta es si estos juegos que realizamos con los perros realmente son buenos o malos.

Por mucho que veamos que el perro se está divirtiendo, no tiene por qué acabar siendo beneficioso para él.

Un claro ejemplo de esto podría ser una persona que está jugando en un bar a una máquina tragamonedas. 

Posiblemente se esté divirtiendo y pasando un buen rato pero quizás ese juego no sea el mejor ya que en muchos casos puede acabar en una adicción.

Por eso se legisla sobre las salas recreativas cerca de colegios, ya que estos juegos en edades tempranas pueden crear muchos problemas futuros de adicción al juego.

Algo parecido puede pasar con los juegos en los perros jóvenes a edades tempranas, según qué juegos, pueden ser ,a la larga, más problemáticos que beneficiosos.

 

JUEGOS FÍSICOS VS JUEGOS MENTALES

En muchas ocasiones cuando vamos a casas a ver a clientes, vemos a perros altamente activos, muy nerviosos y que les cuesta mucho relajarse.

Esto suele suceder porque cuando el perro es joven la familia intenta cansar al perro mediante el juego físico para que acabe “relajado” (realmente se le está agotando físicamente ) y les deje tranquilos.

Normalmente, el perro se pasa horas solo en casa debido a que la familia está trabajando y estas horas de ausencia los tutores las quieren compensar con experiencias muy intensas y estresantes.

Nada más llegar a casa, los tutores quieren aprovechar el tiempo perdido y ofrecen actividades muy estimulantes como irse a correr o en bici, bajar a tirar un rato la pelota, piedras o palos para que corra o al parque un buen rato para que juegue al máximo posible. 

Al intentar cansar a un perro joven conseguimos que su nivel de adaptación a esta carga de juego físico sea muy rápida y por lo tanto con el tiempo necesitará más juego físico para llegar al punto de estar agotado físicamente.

Realmente no estamos consiguiendo un perro tranquilo y relajado, estamos consiguiendo un perro agotado y cuando ha descansado lo suficiente el perro sigue estando igual de activo que cuando empezamos a hacer los juegos.

Una persona puede ir al gimnasio y estar una hora corriendo o incluso dos o tres según su entrenamiento, pero a los pocos minutos de hacer esta actividad física lo normal es que la persona sude porque es una actividad agotadora para el cuerpo.

Sin embargo esta misma persona puede estar concentrada en el trabajo durante dos o tres horas y puede que haya un desgaste mental, pero jamás llegará al mismo nivel de agotamiento que si estuviera en el gimnasio.

Esto sucede porque las personas estamos más adaptados para el trabajo mental y no tanto para el trabajo físico; nos agota más correr que pensar.

En los perros es justo al contrario, se adaptan mejor y gestionan mejor el trabajo físico que el trabajo mental; les agota antes y les deja más relajados pensar que correr.

Cuando un perro se concentra mediante juegos de estimulación mental o de olfateo durante 15-20 minutos puede equivaler a una hora de juego físico. 

Con todo esto no queremos decir que el perro no debe hacer ejercicio físico, lo que intentamos aclarar es que no por querer cansar al perro joven vamos a conseguir un perro tranquilo.

A la larga solo conseguiremos un perro que cada vez necesite mucho más ejercicio, se hará más nervioso y tardará mucho más tiempo en llegar a agotarse.

Los perros deben de tener la oportunidad de poder ejercitarse cada día a su ritmo sin ser nosotros los que induzcan al perro a correr más y más.

El problema de jugar con los perros con este tipo de juegos tan estresantes y tan intensos es que el perro se acaba estresando por lo tanto tarda más en relajarse y puede llegar a casa más nervioso de lo que salió.

 

LA PELOTA (o palo, piedra, frisbee.. )

La pelota es el clásico juego que mucha gente usa con su perro, pero este juego es altamente problemático debido al estrés que le genera y que puede acabar siendo una adicción 

Debido a los grandes niveles de cortisol (hormona responsable del estrés) que se generan en el perro para ir a por la pelota y hacerlo durante varios minutos hace que el cortisol pueda estar horas en su cuerpo.

La persecución constante creará dopamina en su cuerpo y esto a la larga puede desembocar en una adicción con los problemas que esto conlleva.

Se considera que un perro es adicto a este tipo de juegos cuando el perro está en un estado normal y su excitación aparece cuando aparece el juego o simplemente el perro está hiperactivo continuamente esperando el juego.

Este juego nosotros lo desaconsejamos al 99% por no decir al 100%.

 

JUEGOS SOCIALES

Se podría decir que es el juego más importante y el que primero aprenden, ya que, en condiciones normales, lo desarrollarán con sus hermanos y la madre los primeros meses.

En este juego, evidentemente, tienen que interactuar dos o más perros.

Si el cachorro tiene este juego con sus hermanos y madre, a parte de sentir bienestar porque es divertido, será capaz de desarrollar las habilidades necesarias para su futuro.

Podrá empezar a desarrollar las señales de calma y entenderlas, desarrollará sus habilidades motrices y será consciente de sus límites físicos.

Estos juegos de manera natural les ayudará a resolver ciertas experiencias, como una discusión con un hermano por perseguirle y asustarle y luego a hacer las paces, todo esto ayuda a aprender a empatizar.

Un ejemplo sería cuando juegan a perseguirse; el perseguido puede sentir miedo por ser “cazado” y a la hora de hacerlo él, sabrá que el otro también puede asustarse ( él ya estuvo en esa situación ) y ser más cuidadoso.

Todos estos juegos ayudan a crear un vínculo entre ellos y a tener lazos de amistad.

En estos juegos también aprenderán a tener más autocontrol, algo que les ayudará en un futuro con otros perros y situaciones excitantes.

 

JUEGOS EXPLORATORIOS (OLFATEO)

Los juegos de olfateo, pistas de confianza (muy recomendados para perros jóvenes, inseguros o geriátricos ) y los juegos exploratorios son muy divertidos, gratificantes  e importantes para los perros.

Su nariz o trufa es el sentido más desarrollado que tienen, está 60 veces más desarrollado que el nuestro, pueden detectar células cancerígenas (ya se usan en muchos hospitales), también subidas de azúcar en sangre para personas con diabetes, etc.. 

Hacer juegos en los que puedan disfrutar de su trabajo con la nariz hará que el uso de esta sea muy bueno, y que al rato (10-20 minutos ) de concentrarse para los juegos, queden sumamente relajados ya que les ayuda a bajar los niveles de estrés y puede aumentar su autoestima.

Estos juegos tienen que adaptarse a su edad y capacidad de concentración, no se trata de ponérselo muy difícil, sobre todo las primeras veces y cuando son muy jóvenes, ya que podría pasar de un juego agradable a muy frustrante por no poder conseguir realizarlo.

El perro aprende a concentrarse para poder detectar ese olor, y le ayudará también a poder asegurar el entorno donde se realiza el juego ya que mediante la nariz cogerá mucha información.

El entorno donde se hacen estos juegos, sobre todo las primeras veces y siendo jóvenes, tiene que estar muy tranquilo para poder concentrarse.

Estos juegos ayudan a aumentar y mejorar el descanso.

 

JUEGOS COGNITIVOS

Al igual que con los juegos de olfateo, estos juegos de estimulación mental, el uso de la nariz o trufa es muy importante.

En estos juegos, además de concentrarse, tiene que pensar para poder conseguir la recompensa y esto le ayuda a afrontar retos y buscar soluciones para resolverlos.

Estos juegos, al igual que los de olfateo, hay que adaptarlo a la capacidad de cada perro, no tiene el mismo nivel de concentración un perro de 6 meses que uno de 6 años.

En estos juegos como los de olfateo hay que empezar con juegos muy simples para que las primeras veces les sea muy fácil, ganen en confianza y se queden con ganas de más para las siguientes veces.

El entorno donde se hacen estos juegos, sobre todo las primeras veces y siendo jóvenes, tiene que estar muy tranquilo para poder concentrarse.

Estos juegos ayudan a aumentar y mejorar el descanso.

 

En definitiva; hay juegos mejores y peores, no por que el perro esté más contento o excitado son mejores.

No se trata de querer agotar al perro, los juegos deben aportarles aprendizajes útiles y que les ayuden a estar más tranquilos y relajados.

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pipi en casa

¿POR QUE MI PERRO SE HACE PIPI EN CASA?

Que los perros hagan pipi en casa suele ser un motivo de frustración para los familiares y puede ser motivo de una visita de asesoramiento canino.

Que un cachorro haga pipi en casa es algo totalmente natural y también lo es que poco a poco deje de hacerlo si todo va bien en su día a día.

Lo mismo sucede cuando se van haciendo mayores, es natural que ya no aguanten tanto tiempo sin hacer sus necesidades y puede aumentar el número de micciones en el hogar.

 

Los perros generalmente se hacen pipi en casa por varios motivos

 

POR MOTIVOS FÍSICOS 

  • Se trata de un cachorro o perro anciano y no tiene aguante de vejiga y esfínter. Debemos tener en cuenta que el cachorro aguanta más tiempo con el paso de las semanas. Y el perro anciano tendrá menos aguante que antes.
  • El perro tiene la vejiga llena por cualquier motivo y no puede aguantar más. Puede ser que ese día bebiera más agua de lo normal, porque comió algo distinto o diferente cantidad, porque pasó mucho calor o porque tomó una medicación y la sed fue una consecuencia por ejemplo.

 

POR MOTIVOS EMOCIONALES 

El perro se hace pipi en casa por inseguridad o estrés, ya sea positivo y/o negativo.

Es un perro que tiene niveles de estrés altos en su día a día y eso hace que orine. O tuvo un pico de estrés o frustración y se puso nervioso en un momento dado.

 

POR MOTIVOS COMUNICATIVOS

Suele suceder más cuando el perro convive con otros animales. Pero también contamos con la posibilidad de que el perro piense que los familiares pueden captar los mensajes olfativos que dejan.

Cosas a tener en cuenta.

Si se trata de un cachorro debemos de tener paciencia, tiempo, calma y una rutina de paseos adecuada y paseos adecuados. Eso será lo que acabe con el pipi en casa del cachorro en casa.

Si se trata de un perro joven o un adulto que empezó a hacer pipi en casa lo primero que debemos realizar es una revisión veterinaria y descartar problemas de salud.Lo siguiente una reducción de los niveles de estrés. Buscar factores que puedan estar afectando tanto en casa como en la calle.

Si se trata de un perro anciano: Aumentar el número de paseos, (no hablamos de aumentar los tiempos de exposición en la calle) y colocar empapadores en casa.

No debemos reñir o castigar al perro cuando hace pipi en casa.

En cualquier caso, ya hemos visto que cuando el perro hace pipi en casa generalmente no puede evitarlo.

Si lo pensamos bien, el perro es el único animal en el mundo que tiene que aguantar sus necesidades. Esto obviamente no supone ningún bienestar para el perro pero además, el hecho de tener que hacerlo en casa cuando no quieres hacerlo supone mucho más estrés todavía y si además alguien te riñe por ello no hay forma de mejorar la situación.

Si reñimos a un perro ya sea un cachorro o un adulto por hacer pipi en casa, empeora nuestra relación con él, aumenta su malestar, sus miedos y sus nervios y probablemente los orines. 

 

¿Qué podemos hacer para que el perro no se haga pipi en casa?

 Todo pasa por aumentar el bienestar del perro.

Hemos tratado muchos casos en los que el cachorro mediante una buena rutina de paseos, tiempo y niveles de estrés bajos ha dejado de orinarse en casa antes de los cuatro meses.

Por otro lado, son muchos también los casos que vemos como educadores caninos y asesores en los que perros adultos han vuelto o empezado a orinarse en casa. Tras una revisión veterinaria, es posible reducir el estrés cubriendo mejor sus necesidades o evitando cosas que alteran en exceso al perro.

Cuando estos perros adultos han vuelto a su calma habitual, los pipis en casa por parte del perro han desaparecido para siempre.

 

A continuación comentamos ejemplos de perros adultos que empezaron a hacerse pipi en casa y tras una sesión de asesoramiento canina y detectar los factores que alteraban al perro, desaparecieron para siempre.

  • Chihuahua de 4 años volvió a orinarse en casa cuando el recién nacido de la familia empezó a gatear. Necesitaba más control y sentirse más seguro respecto al niño que hacía días había empezado a moverse por sí mismo con libertad por casa.
  • Labrador de 3 años volvió a orinarse cuando empezaron a dejarle abierto el balcón. Más que servirle de distracción le generaba picos de estrés que se convertían en destrozos y micciones en casa. Fue cerrar la puerta del balcón y darle acceso a una terraza tranquila sin ver perros y se terminaron las micciones indeseadas.
  • Galga de 4 años y medio cambian de domicilio y vuelve a orinarse en casa. En este caso no se puede cambiar el factor que alteró a la perra porque se trata de un domicilio nuevo. Lo que podemos hacer es ayudarle haciéndo la máxima compañia posible en casa y dejándola sola lo mínimo posible durante las primeras semanas. Ayudando a adaptarse al nuevo hogar en tres semanas dejó de orinarse en casa.

 

Ejemplos de perros de cualquier edad que se han orinado en casa exclusivamente en un momento concreto.

  • Perros que se han orinado por miedo durante una tormenta electrica.
  • Perros que se han orinado tras caerse y romperse un vaso de cristal en el suelo.
  • Perros que han orinado al ver como sus tutores se iban y les dejaban en una casa al cuidado de otras personas, ya fueran conocidas o no.

 

Podríamos poner muchos más ejemplos y contar más casos que hemos vivido con nuestros clientes. En el 90% se da el mismo factor, estrés y miedo. Por lo tanto, no tiene ningún sentido reñir o castigar a un perro por esto. Solamente aumentaremos su malestar y alargaremos el problema el tiempo.

En lugar de ello debemos ofrecer a nuestro perro EMPATÍA, AYUDA y TIEMPO.

¡Cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!

madre y sus cachorros

LA MADRE Y SUS CACHORROS

La edad adecuada para separar a la madre y sus cachorros puede variar según ciertos factores, incluida la especie, la raza y las circunstancias individuales. 

Separar a la madre y sus cachorros es algo que debe de valorarse muy bien, porque como ahora veremos, influye en muchos aspectos y muchos de estos son cruciales para un desarrollo correcto tanto a nivel físico como emocional en los cachorros.

Los primeros meses de vida de un cachorro son críticos para su desarrollo físico, emocional y social.

La imporantancia de no separar a la madre y sus cachorros durante este período juega un papel fundamental en su crecimiento y bienestar. 

En muchas ocasiones, al visitar a clientes y sus respectivos perros, e indagar en la información sobre en que momento se separó a la madre y sus cachorros, en una gran mayoria, los que fueron separados de maner prematura o traumatica, presentan muchos mas problemas a nivel emocional y en sus conductas.

Lamentablemente muchas veces no se puede decidir cuando se va a separar a la madre y sus cachorros, ya que tanto si se adopta o se rescata a algún perro, esto ya ha sucedido.

Normalmente se ha recomendado que la separación de la madre y sus cachorros y sus hermanos entre las 8 y 12 semanas de edad, aunque hoy por hoy y desde nuestro punto de vista, sería recomendable que lo mínimo sería al menos separarlos no antes de las 12 semanas, pudiendo ser beneficioso que pueda estar hasta las 16 semanas.

Aquí hay algunas razones por las cuales se considera este rango de edad como óptimo para separar a la madre y sus cachorros:

  1. Desarrollo social y emocional: Durante las primeras semanas de vida, los cachorros aprenden habilidades sociales cruciales al interactuar con su madre y sus hermanos. Alrededor de las 12 a 16 semanas, los cachorros han tenido suficiente tiempo para aprender estas habilidades básicas, lo que les ayuda a adaptarse más fácilmente a nuevas situaciones y a establecer relaciones positivas con humanos y otros animales.
  1. Destete: A medida que los cachorros crecen, comienzan a alimentarse de alimentos sólidos además de la leche materna. Separar a los cachorros de su madre después de las 8 semanas asegura que estén lo suficientemente desarrollados para comer alimentos sólidos y obtener los nutrientes necesarios para su crecimiento, aunque lo ideal es que se diera un destete proresivo y proporcionar alimentos sólidos, pero no fuera separado de la madre todavía, ya que le queda mucho que aprender.
  1. Independencia: A partir de las 8 semanas, los cachorros comienzan a desarrollar cierta independencia de su madre y están listos para explorar el mundo por su cuenta, de manera muy  progresiva. Esto no quiere decir que no necesiten a su madre, así que al igual que con la alimentación, debería de poder tener la oportunidad de desarrollar su propia identidad y aprender a valerse por sí mismos en ciertos momentos, poco a poco, pero que no fuera separado todavía de la madre

Es importante tener en cuenta que cada cachorro es único y puede haber circunstancias especiales que requieran una separación temprana o tardía de la madre. 

Por ejemplo, si un cachorro está experimentando problemas de salud o si la madre muestra signos de rechazo, puede ser necesario separarlos antes. 

Por otro lado, en casos de socialización deficiente o problemas de comportamiento, puede ser beneficioso permitir que la madre y sus cachorros permanezcan juntos por un período prolongado.

La presencia de la madre durante los primeros meses de vida de los cachorros es crucial para su desarrollo físico, emocional y social. 

Sin embargo, es importante encontrar un equilibrio para evitar una dependencia excesiva y garantizar una adecuada socialización con los humanos. 

Los criadores y tutores deben considerar cuidadosamente las necesidades individuales de cada cachorro para garantizar un crecimiento saludable y feliz.

A continuación, valoraremos los ventajas y desventajas de la separación de la madre y sus cachorros:

Ventajas:

  1. Aprendizaje social: La madre es la primera maestra del cachorro. Durante las primeras semanas de vida, los cachorros aprenden habilidades sociales cruciales al interactuar con su madre y sus hermanos. Aprenden a comunicarse, establecer jerarquías y a comportarse adecuadamente dentro del núcleo familiar.
  1. Nutrición y cuidado: La leche materna proporciona los nutrientes necesarios para el crecimiento saludable del cachorro. La madre también brinda cuidados básicos, como mantenerlos limpios y cálidos, lo que es crucial para su supervivencia, especialmente durante las primeras semanas de vida.
  1. Protección y seguridad: La madre protege a sus cachorros de posibles amenazas y les enseña a identificar y evitar peligros. Esta protección es esencial para los cachorros, que son vulnerables y dependientes al nacer.
  1. Desarrollo emocional: La presencia materna proporciona seguridad emocional a los cachorros, lo que les ayuda a desarrollar una base sólida para futuras interacciones sociales y emocionales. Los cachorros que tienen una crianza materna adecuada tienden a ser más equilibrados emocionalmente en la vida adulta.

Desventajas:

  1. Dependencia excesiva: Si un cachorro permanece con su madre durante demasiado tiempo, puede desarrollar una dependencia excesiva, lo que dificulta su capacidad para adaptarse a nuevas situaciones y entornos. Esto puede resultar en problemas de comportamiento en el futuro.
  2. Falta de socialización con humanos: Si los cachorros no tienen la oportunidad de interactuar con humanos durante sus primeras semanas de vida, pueden mostrar timidez o miedo hacia las personas en la adultez. La socialización temprana con humanos es crucial para que los perros se conviertan en compañeros seguros y amigables.

En última instancia, la separación de la madre y sus cachorros debe realizarse de manera cuidadosa y considerada, teniendo en cuenta el bienestar y las necesidades individuales de cada cachorro. 

Siempre es recomendable consultar con un experto en comportamiento de perros para obtener orientación específica sobre el momento adecuado para separar a la madre y sus cachorros, esto será algo que repercutirá para toda la vida en los futuros comportamientos de los perros.

¡Cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!

mordiscos

CACHORROS, MORDISCOS Y DESTROZOS

Los cachorros de los 2 a los 3 meses aproximadamente pasan por una etapa que se caracteriza por el uso de la boca, normalmente mordiscos y destrozos.

El cachorro interactúa con las cosas que tiene a su alrededor, en su entorno más próximo. Es una etapa que muchas familias pasan con muchas molestias puesto que muchas de esas interacciones son mordiscos dirigidos hacia muebles o enseres de la casa y también hacia las personas que conviven con él.

A esta etapa se le denomina ETAPA BUCAL puesto que la mayor característica es que el cachorro comienza a descubrir el mundo que le rodea intercalando a través de la boca. En esta etapa los cachorros sienten la necesidad de morder las cosas que les rodean y además morder cosas vivas y en movimiento.

Si el cachorro en esta etapa no tiene la suerte de estar con su madre y sus hermanos de camada esos bocados irán todos dirigidos única y exclusivamente a las personas que convivan con él y si hay animales en el hogar con los que interactuar también se verán afectados por esta necesidad del cachorro. 

 

PRINCIPALES ERRORES A EVITAR MORDISCOS Y DESTROZOS EN ESTA ETAPA DE CACHORROS

– No dejarle cubrir esas necesidades por miedo a que lo haga siempre o se prolongue excesivamente en el tiempo. 

– Otro error sería desde el primer día repetirle constantemente la palabra “no” cada vez que intenta cubrir esta necesidad.

– No darle al cachorro cosas adecuadas para que pueda morder.

 

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Lo primero es entender que cuanto más tranquilo se sienta el cachorro menos mordiscos habránn, en cantidad e intensidad. Esto es importante puesto que muchos cachorros sobreexcitados en casa, dejan de morder en cantidad e intensidad en cuanto se les aporta calma, se sienten más tranquilos y/o más seguros.

Lo segundo sería tratar de cubrir esa necesidad sin que el cachorro suba la intensidad. 

Para ello, tenemos que tener en que los mordiscos se dirigen por un lado a cosas que tiene cerca y por otro lado los dirigidos a nosotros, especialmente pies y manos.

 

MORDISCOS DIRIGIDOS HACIA FAMILIARES:

Lo ideal es no sobreexcitar al cachorro en este juego, cosa que hacemos involuntariamente en ocasiones moviendo la mano y gesticulando en exceso. Para ello podemos dejar la mano blanda, inmóvil sin hacer grandes aspavientos movimientos o usando la fuerza. De este modo suelen controlar bastante los mordiscos y aprenden mejor a regular su fuerza. En ocasiones si nos hace daño o nos molesta podemos comunicárselo y hacérselo saber con una comunicación respetuosa.

Si esto no funcionase podemos colocarnos en la mano un guante de cocina o jardinería, manoplas de este modo nos protegemos la mano durante esta etapa y nos permite cubrir esta necesidad que tienen sin frustraciones, enfados o castigos. Si estos mordiscos se dirigen hacia nuestros pies deberíamos protegerlos con calzado o calcetines, e intentar a través de nuestra interacción, no sobreexcitar al cachorro. Cubriendo esa necesidad con calma y en ocasiones poniendo nosotros fin a la sesión de mordiscos.

 

MORDISCOS DIRIGIDOS HACIA ENSERES DEL HOGAR:

Es vital que el cachorro tenga distintos objetos a su alcance, variados en texturas y durezas, siempre sin llegar a un nivel muy alto de dureza que pueda dañar su dentadura. Cosas naturales, peluches, algún juguete de cuerda, palo de olivo, una tela y alguno de plástico y siempre a ser posible bajo supervisión al principio para ver que no ingiere los trozos que ocasiona mordiendo. De este modo podemos cubrir esa necesidad de morder y descubrir cosas al mismo tiempo que evitamos destrozos indeseados en casa.

Son muchas las personas que tienen miedo de que estos bocados se prolonguen en el tiempo y no son pocos los profesionales que alimentan estos miedos proclamando mensajes ya muy anticuados como: “Si le dejas que te muerda puede convertirse en un perro agresivo” o “Si le dejas ahora morderte, lo hará toda la vida”. Pero la realidad no es esta en la inmensa mayoría de los casos.

La verdad es que si crecen equilibrados, dejan de hacerlo por el simple hecho de madurar adecuadamente. Del mismo modo que un niño deja de chuparse el dedo por el mero hecho de madurar. 

Un niño puede dejar de chuparse el dedo porque lo castigamos o porque madura y deja de hacerlo por sí mismo. Con los perros en esta etapa ocurre igual. Como siempre muchas veces lo que necesitan los perros es tiempo. Tiempo que las personas en ocasiones no tenemos o no queremos.

Sin lugar a dudas, el cachorro crecerá más equilibrado, madurará mejor, tendrá menos estrés, mayor bienestar y nosotros tendremos una mejor relación con él, si en lugar de educarlo con disciplina y exigencias, entendemos porqué hace las cosas y tratamos de cubrir sus necesidades de forma adecuada. Esto sobre todo cobra más relevancia si pensamos que es un animal de menos de 100 días y que lo que hagamos en estas primeras etapas puede marcar su personalidad de por vida.

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