perro tranquilo

LA INCREÍBLE DIFERENCIA ENTRE UN PERRO TRANQUILO Y UN PERRO CANSADO

No es lo mismo tener un perro tranquilo que un perro cansado

Parece una obviedad, pero en todos estos años de asesoramiento canino jamás nunca nos han llamado porque el perro da conductas de perro tranquilo.

En la gran mayoría de casos, tenemos que ayudar a los tutores a entender que todo lo que se hizo con el cachorro desde que llegó a casa influye en sus comportamientos futuros.

En muchísimas ocasiones, y desde bien temprano, los tutores se empeñan en cansar al perro para que esté tranquilo y esto a la larga será un grán problema.

En algunos otros casos, y desde cachorros, la familia hace cursos de adiestramiento canino para conseguir que el perro sea un perro obediente.

Nuestro trabajo de educación canina que realizamos con las familias no es conseguir que el perro sea un robot y que ejecute las órdenes, sino conseguir los mejores comportamientos gracias a que el perro sea un perro tranquilo y equilibrado.

Los perros nerviosos están más alerta y todas sus conductas instintivas se disparan; ladran más, tiran más de la correa, son más intensos a la hora de jugar con otros perros o de interactuar con todo aquello que les rodea.

El perro tranquilo apenas da problemas, así que este artículo es para ayudar a entender a los tutores que si quieren que su perro de las mejores conductas, lo mejor sería tratar de tener un perro tranquilo, lo más calmado y equilibrado posible, y esto es algo que debe trabajarse desde el primer día.

 

PRIMEROS DÍAS

Normalmente cuando se adopta a un cachorro suele ser un perro tranquilo; si las cosas se han hecho bien, viene de estar con su madre, en un entorno tranquilo y controlado, ya que al menos, los dos primeros meses su única necesidad es de estar con la madre, su contacto, lactancia y muchísimo descanso, alrededor de unas 22h al dia.

Si estos primeros meses de lactancia, el cachorro no ha tenido esta experiencia y ha estado en un entorno con muchos estímulos, ya sea por estar en una casa en la que no tuvo un entorno preparado para su descanso, o en alguna tienda.. lo más fácil es que ese perro sea un perro nervioso para siempre.

Cuando este cachorro es adoptado y llega a su nuevo hogar, la familia con muy buenas intenciones, le empiezan a sobreexcitar con un tono de voz muy alto y muy estridente, a jugar con él para que esté muy contento, incluso, en algunos casos, empiezan a intentar enseñarle cosas básicas, como a sentarse o dar la patita.

Esto, se considera una sobre estimulación temprana, y acabará en que el perro se excitará, y al carecer de autocontrol debido a su temprana edad, empezará a comportarse de manera excitada; corriendo, saltando, mordiendo cosas, incluso ladrando, por lo que recibirá un castigo por parte de sus tutores, ya que estas conductas no suelen gustar a los humanos y por los que suelen ser corregidos.

Esto que acaba de suceder, y que es mucho más normal de lo que las personas se imaginan, la primera vez o los primeros días que llega un cachorro a casa, lo explicamos como el bucle tóxico; el tutor/humano excita al perro, y cuando el perro se comporta de manera excitada, el tutor/humano castiga o riñe al perro…. sin darse cuenta de que él que ha empezado a excitar al perro ha sido el tutor/humano; un sin sentido.

Hacer esto desde que un cachorro llega a casa, también se traduce en el aprendizaje que hace el perro, sobre los entornos y las compañías.

Por un lado, aprenderá que las personas, somos una gran fuente de estrés (aunque sea positivo, es estrés), y esto hará que cuando esté en presencia de personas, le sea más difícil calmarse o comportarse de manera calmada.

¿Cómo le podemos pedir que esté o se comporte de manera calmada con las personas de la casa, con las visitas o con las personas de la calle, si desde el primer día las personas no pararon de excitarle? Un sin sentido.

Por otro lado, la asociación que hará del entorno de la casa, es que es un “circo”, que hay muchos estímulos; ruidos, luces, juegos…

¿Cómo vamos a pedirle que cuando volvamos del paseo y nos tengamos que ir a trabajar, se quede tranquilo y durmiendo, si desde el primer día que llegó las experiencias que le ofrecimos en ese entorno eran de todo menos calmadas y de descanso? Un sin sentido.

Todo esto que se suele hacer los primeros dias desde la llegada del cachorro a su nuevo hogar es totalmente contrario a conseguir tener un perro tranquilo, tiene basatante lógica.

PRIMEROS MESES

Todo lo anterior, sucede los primeros días y semanas desde que un cachorro llega a su nuevo hogar, en los que se pasa 24 horas al día, debido a la falta de vacunas.

Todas estas experiencias, hacen que ese cachorro sea un perro bastante excitado para su temprana edad, debido a tantos juegos, estimulación, falta de referentes de calma y de horas de descanso.

Todo esto hace que la familia empieza a confundir al perro tranquilo con el perro cansado, y empiezan tanto en casa como fuera de esta, a ofrecer experiencias de alta intensidad, para que, el perro llegue al punto deseado, que deje de “molestar” y que se tumbe y a ser posible que duerma, es decir; que se comporte como un perro tranquilo.

Empiezan con juegos como la “dichosa pelotita”, o tirar de una cuerda, paseos muy largos, aprovechando también para ver si así el perro consigue hacer pipis en la calle, incluso a ir a parques con otros perros para que juegue mucho y así vuelva a casa cansado y que al fin se relaje y duerma un buen rato, es decir; que se comporte como un perro tranquilo.

Hay veces que, seguro que todo el mundo lo ha visto, y es que los tutores bajan al parque o a la calle con la “dichosa pelotita», para hacerle correr, ya sea solo o con otros perros.

Los primeros días o semanas de hacer esto, parece que ha sido una buena idea, ya que cuando el perro llega a casa, directamente se va a dormir.

El problema, es que al cabo de unos días o semanas, a parte de que el perro cuando acaba su descanso, parece que ha recargado las pilas y vuelve a estar bastante activo, ya no suele descansar al volver del paseo, está bastante activo y le cuesta bastante llegar al punto de relajarse y dormirse. Parece ser que le cuesta comportarse como un perro tranquilo, todo lo contrario, empieza a comportarse como un perro nervioso.

En el peor de los casos, al volver del paseo y de estar en el parque jugando un buen rato, la familia se tiene que ir a trabajar y el perro, que vuelve bastante activo del paseo, ya que desde que llegó de cachorro su aprendizaje del entorno de la casa no es que sea de calma y descanso, tenga que canalizar toda esa energía y estrés, ya sea corriendo por casa, ladrando y mordiendo objetos, ya sean juguetes suyos o no.

Es en este punto, cuando los tutores deciden ampliar el tiempo y la intensidad de paseos y de juegos en el parque para conseguir el punto inicial y es que el perro llegue a casa, deje de “molestar” y se duerma, osea comportarse como un perro tranquilo, ya que a nadie le gusta que el o los vecinos le recriminan que el perro ladra mucho o que el perro destroce el mobiliario.

En todo este proceso, ya han pasado unos meses, el cachorro puede estar empezando su etapa hormonal o de adolescencia, por lo que, como es normal, las hormonas empiezan a jugar un papel bastante importante en su manera de comportarse.

Este baile hormonal, unido a todo lo que hicieron los tutores desde que llego el cachorro a casa, que es de todo menos aportar calma, ofrecer entornos y experiencias calmadas, hace que ya veamos a un perro bastante nervioso y activo y que le cuesta mucho tiempo llegar a un estado de calma, todo bastante lógico y normal.

Suele ser en esta etapa cuando los tutores empiezan a plantearse varias opciones, que desaconsejamos completamente pero que se suelen dar bastante a menudo; llevarse al perro a correr o en bici y/o esterilizar.

En ambos casos, quieren conseguir lo mismo que querían desde el primer día, y es; tener un perro tranquilo, que no tire de la correa, que no se pase el día ladrando, mordiendo cosas, saltando a la gente o a otros perros.

En el peor de los casos, y es muy frecuente, el perro es llevado a una protectora, porque sus conductas son muy intensas, muchos destrozos, y la familia no sabe qué más hacer ya que lo han intentado casi todo, menos una cosa, dejar de hacer tantas cosas excitantes, intensas y dejar de intentar cansarlo.

 

CONCLUSIÓN PARA CONSEGUIR TENER UN PERRO TRANQUILO

Si quieres tener un perro tranquilo, desde que adoptes al cachorro ofrecele entornos tranquilos y calmados con pocos estímulos, las experiencias hazlas muy tranquilas y a baja intensidad, y progresivamente podrán ir escalando, pero los primeros, días, semanas y meses son cruciales para conseguir un perro tranquilo y equilibrado.

¡Cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!

soledad

EL NECESARIO APRENDIZAJE SOBRE LA GESTIÓN DE SOLEDAD

Problemas con la gestión de la soledad: Causas, Síntomas y Soluciones

Los problemas de gestión de soledad en los perros es un trastorno de comportamiento que afecta a muchas familias. 

Este problema con la soledad ocurre cuando un perro experimenta un nivel elevado de estrés al quedarse solo o ante la soledad sin sus tutores. Aunque puede parecer un problema menor, las consecuencias pueden ser significativas tanto para el perro como para su entorno. 

Comprender las causas, reconocer los síntomas y aplicar soluciones efectivas es crucial para manejar esta condición y garantizar el bienestar de todos los involucrados.

Como en la gran mayoría de conductas o comportamientos, puede no ser un único motivo; pueden haber múltiples factores y depende también de cada individuo; no todos son iguales.

Hay que entender que, como las personas, cada perro es distinto y hay perros con más o menos predisposición a gestionar mejor o peor ciertas situaciones; en este caso la soledad.

 

¿Cuáles son los problemas de gestión de soledad?

Los problemas con la gestión de la soledad es un estado de angustia que algunos perros sienten cuando no están en presencia de sus tutores.

Se caracteriza por comportamientos problemáticos que surgen como respuesta al miedo o el estrés asociado con la soledad. 

Los perros son animales sociales por naturaleza y suelen desarrollar fuertes lazos con sus familias humanas. 

Cuando estos lazos generan una dependencia excesiva, la separación y la soledad puede convertirse en una experiencia traumática.

 

Causas Comunes

         -Cambios en el entorno: Las mudanzas, los cambios en los horarios familiares o la llegada de nuevos miembros al hogar, como un bebé o una nueva mascota, pueden desencadenar los problemas de soledad o ansiedad por separación. Los perros son sensibles a los cambios y pueden percibir estas alteraciones como una amenaza a su estabilidad.

         -Experiencias traumáticas: Perros rescatados de refugios, situaciones de abandono o entornos abusivos tienen más probabilidades de desarrollar este trastorno. Estas experiencias pueden generar un miedo profundo a ser abandonados nuevamente.

         -Hipersensibilidad o dependencia: Algunas razas tienden a ser más propensas a desarrollar dependencia emocional debido a su naturaleza afectuosa o su historia como perros de trabajo en estrecho contacto con los humanos.

        -Falta de socialización: Los perros que no han sido expuestos a periodos regulares de separación durante su etapa de cachorro pueden tener dificultades para manejar la soledad cuando crecen.

        -No habituación a la soledad y la falta de descanso: Es muy frecuente que cuando llega un cachorro a una casa, los primeros días la familia se vuelca en jugar e interactuar de manera muy continua, y cuando nos tenemos que ir y dejarle solo, pasamos al otro extremo, el perro no está habituado a estar unas horas sin interacción y se estresa por la sensación de soledad, que deberíamos de haber normalizado los primeros días bajando simplemente la interacción y dejando que aprenda a ser autónomo.

       -Falta de entorno relajado: Los primeros dias deberiamos de preparar la casa para que el perro recién adoptado aprenda que ese entorno ( la casa entera o algunas zonas de la casa) son muy tranquilas y que puede dormir durante horas y sin distracciones, esto       ayudará a que pueda relajarse y dormir en ese entorno cuando nos vamos. Ejemplo: si para el cachorro/perro el salón es un entorno con muchos estímulos (luces, ruidos) y es la zona donde solemos jugar con él, de difícil manera se podrá relajar y dormir en ese entorno cuando nos vamos y se queda solo.

 

Síntomas

Un perro con problemas de gestión con la soledad puede exhibir una variedad de síntomas, algunos de los cuales son más evidentes que otros. A continuación, se detallan las conductas más comunes:

  • Ladridos excesivos o aullidos: Estos suelen comenzar poco después de que el dueño se va y pueden persistir durante horas.
  • Conductas destructivas: Masticar muebles, arañar puertas o romper objetos en un intento de escapar o aliviar su estrés.
  • Micción o defecación inapropiada: Incluso los perros habituados a hacer sus necesidades fuera de casa pueden tener accidentes debido al estrés.
  • Hipersalivación o jadeo excesivo: Estos son signos físicos de estrés que suelen aparecer junto con otros comportamientos ansiosos.
  • Intentos de escape: El perro puede intentar salir de la casa o el espacio donde está confinado, lo que a menudo resulta en lesiones.
  • Comportamientos ansiosos previos a la partida del dueño: Temblores, inquietud o seguir al cuidador de manera obsesiva.

 

Consecuencias si no se trata

Los problemas con la soledad no tratados pueden tener un impacto significativo en la vida del perro y de su familia. Además de los daños materiales y el estrés emocional que causa, el perro puede desarrollar problemas de salud como:

  • Pérdida de peso: Debido a la disminución del apetito o el gasto energético excesivo.
  • Problemas digestivos: Como diarrea provocada por el estrés crónico.
  • Lesiones: Causadas por intentos desesperados de escapar.
  • Deterioro emocional: Los perros pueden volverse más temerosos o desarrollar otros problemas de comportamiento.

 

Soluciones y Tratamientos

       Desensibilización detonantes de la salida:

Muchos perros empiezan a asociar ciertas señales (detonantes), como ponerse los zapatos o tomar las llaves, con la salida del dueño y ya empiezan a estar muy nerviosos. Para desensibilizar estos detonantes:

  • Realiza esas acciones sin salir de casa, como ponerse los zapatos, coger las llaves y luego sentarte a leer o ponerte los zapatos sin salir por la puerta. Hazlo de manera casual y repetitiva para que el perro deje de asociar esas acciones con tu ausencia.
  • Alterna las rutinas antes de salir para que el perro no anticipe tu partida.

 

       Condicionamiento positivo:

  • Proporcionar zona de descanso ( la casa entera sería lo ideal o alguna zona ); pocas luces y pocos ruidos: entorno chill, música relajante, todo el día, no solo cuando nos vamos.
  • El perro tiene que aprender/asociar que la casa es un entorno muy tranquilo y que el descanso es muy fácil, ya que cuando nos vamos, vamos a querer que esté tranquilo la mayor parte del tiempo y que descanse.
  • Estado emocional relajado en casa, quitar actividades que le sobre estimulen, si queremos que cuando se quede solo pueda estar relajado y dormir la casa tienen que estar asociada a esas experiencias.
  • Fomentar su independencia cuando estamos todos en casa; si queremos irnos y que durante 3 horas el perro sepa estar solo, hay q ir habituando y normalizando esto mismo cuando estamos en casa, de manera progresiva y rutinaria
  • Normalizar dejarle solo unos minutos porque nos metemos en el baño, dormitorio, cocina.. ya sea por que estamos fregando la casa, haciendo nuestras necesidades, etc…
  • Usar la palabra «ahora vengo» para cuando nos metemos en el baño, cocina, dormitorio durante unos minutos, puede ayudar a que lo asocie a qué en poco tiempo “vuelven” las personas y se podrá usar cuando nos vamos a ir de casa, pero primero hay que trabajarlo en casa en cortos espacios de tiempo.
  • Introducir periodos cortos de separación y aumentarlos gradualmente para que el perro aprenda a tolerar la ausencia de su dueño.
  • No iros todos a la vez, y el último se tiene que ir con el perro en un estado de calma total.
  • Asociar la separación con experiencias positivas, como juguetes interactivos rellenos de premios o golosinas especiales.

 

      Establecer rutinas:

  • Los perros prosperan con la estructura. Establecer horarios consistentes para las comidas, los paseos y el tiempo de juego puede ayudar a reducir sus niveles de estrés.

 

     Ejercicio y estimulación mental:

  • Proporcionar posibilidad de tener actividad física regular, como paseos relajantes con pocos estímulos y mucho olfateo, posibilidad de estar suelto con otros perros para cubrir sus necesidades sociales y de juego, esto ayuda a que el perro llegue a casa más relajado y promueve una mente calmada.
  • Juegos de olfateo o de estimulación mental antes de irse para que cuando nos vayamos el perro haya terminado y nos podamos ir cuando su estado sea de calma total.
  • Si usamos estos juegos para irnos, con el tiempo puede asociar ese juego con nuestra ausencia y no gustarle o convertirse en un detonante.

 

     Crear un espacio seguro:

  • Designar una zona específica donde el perro se sienta cómodo y seguro cuando esté solo. Esto puede incluir una cama cómoda, mantas y juguetes favoritos.

 

     Consultar a un profesional:

  • En casos graves, un etólogo o educador canino puede ser necesario. Pueden recomendar terapia conductual específica o, en algunos casos, medicamentos para ayudar a manejar la ansiedad.

 

     Evitar despedidas emocionales:

  • Salir y regresar a casa de manera calmada para no aumentar la ansiedad del perro. Ponerle nervioso cuando nos vamos no le ayudará a calmarse y llegar a casa y hacer un super evento de nuestra llegada tampoco le ayudará.. Las despedidas prolongadas pueden incrementar su estrés. Tanto las despedidas como nuestras llegadas tienen que ser de manera muy calmada, con interacción muy relajada. No ignorarlo al salir o al llegar. Saludar y despedirse de manera muy calmada.                                                                                                                               

Prevenir los problemas de gestión de soledad es más fácil que tratarlos una vez que se ha desarrollado. Algunas estrategias incluyen:

  • Socializar al cachorro desde una edad temprana: Exponer al perro a diversas situaciones, personas y entornos para aumentar su confianza.
  • Ausencia de soledad las primeras semanas y poca interacción: Se recomienda la ausencia de soledad las primeras semanas (3-4) ya que se va a encontrar en un entorno nuevo, pero a la vez tener poca interacción con el cachorro, normalizar el descanso y la baja interacción en nuestra presencia.
  • Acostumbrar al perro a estar solo: A partir de la tercera o cuarta semana podríamos practicar periodos de separación breves, al principio en zonas de casa (baño, dormitorio) durante pocos minutos las primeras veces y aumentar su duración gradualmente.
  • Proporcionar zona de descanso: Pocas luces y pocos ruidos: entorno chill, música relajante, todo el día, no solo cuando nos vamos. Es muy importante que el cachorro asocie el entorno de casa como un entorno de fácil descanso, ya que cuando nos vamos, necesitamos que esté relajado y se relaje en nuestra ausencia.
  • Irnos de manera progresiva y calmada: Es más fácil que el perro gestione mejor nuestra marcha, si lo hacemos de uno en uno y el último se espera a que el perro esté relajado antes de salir de manera muy calmada de casa.
  • Proporcionar juguetes y actividades: Dejar al perro con opciones de entretenimiento cuando esté solo; mordedores, snacks naturales. Si algún juguete le sobre excita mucho, no debería de estar presente cuando nos vamos ya que su presencia puede condicionar su estado emocional y estresarse más que relajarse

 

Conclusión

Los problemas con la soledad en los perros es un problema serio que requiere atención y compromiso por parte de los tutores. 

Con paciencia, consistencia y, cuando sea necesario, ayuda profesional, es posible manejar este trastorno y mejorar la calidad de vida tanto del perro como de su familia. 

Reconocer los síntomas temprano y tomar medidas adecuadas puede marcar una gran diferencia, fortaleciendo el vínculo entre el perro y su cuidador mientras se asegura una convivencia armoniosa y saludable.

¡Cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!

manejo de correa

¿ QUÉ ES UN BUEN MANEJO DE CORREA ?

PARA ENTENDER UN BUEN MANEJO DE CORREA.

Los perros van atados con una correa por seguridad para que no les pase nada ni a ellos ni a nadie, hacer un buen manejo de la correa es muy importante. Obviamente ningún perro, al igual que cualquier otro animal, ha nacido para ir atado. Podemos afirmar por lo tanto que ir atado es algo antinatural para los perros.

Esta afirmación junto con nuestro compromiso por el bienestar de los perros, nos lleva a hacer un manejo de correa amable y respetuoso. Proponemos un manejo de correa que ayude al perro a gestionar el entorno, le aporte bienestar, evite malestar, molestias, frustraciones y se asemeje todo lo posible, a simular que el perro no va atado con correa, evitando de esta forma tensiones constantes de correa, llevar al perro atado de forma que le moleste o utilizarla como forma de corrección o castigo.

 

¿Qué correa usamos y cómo la usamos?

La correa es un instrumento de seguridad y si queremos hacer un buen manejo de correa debe ser en nuestra opinión de cinco metros NO extensible. ¿Por qué utilizar una correa de cinco metros? Porque normalmente cinco metros suele ser suficiente para que el perro pueda gestionar el entorno y tener un mínimo de libertad que le permita cubrir necesidades y moverse sin complicaciones. Una correa de cinco metros (no extensible) podemos convertirla en una correa de dos metros si queremos. Pero una correa de dos metros no podemos hacerla más larga y a veces los perros necesitan más correa.

No aconsejamos correas de más de cinco metros salvo excepciones porque  cuando el perro se aleja más de cinco metros, la correa empieza a tocar el suelo y dejamos de manejarla.

Como ya os habréis dado cuenta nuestro manejo de correa no está pensado para la comodidad del humano sino que está pensado para el bienestar del perro.

 

Beneficios de un buen manejo de correa:

Un buen manejo de correa es esencial para que el perro tenga un paseo de calidad. Un buen manejo de una correa de cinco metros no extensible da libertad al perro para olfatear, interaccionar con el entorno, conocer perros, hacer marcajes, ejercitarse mentalmente, tener experiencias y aprender de ellas.

Una particularidad de las correas que solemos utilizar es que su material no suele rasgar y quemar la mano cuando hay un tirón. Además este material permite que la correa cuando entra en contacto con el suelo no se ensucie prácticamente y no se enganche. Otra particularidad muy interesante de la correa que solemos aconsejar y utilizar es que no tiene asa al final. La verdad es que no la necesitamos y si alguna vez soltamos la correa en el suelo para darle más libertad al perro la probabilidad de que se enganche con la correa es mucho menor sin asa que con asa.

Un buen manejo de correa como ya habréis imaginado es necesario hacerlo con dos manos. Es muy difícil por no decir imposible manejar una correa de cinco metros con una sola mano. Es por esto que no aconsejamos que una persona use dos correas de cinco metros para pasear a dos perros. Por supuesto estamos totalmente en contra de pasear a un perro llevándolo atado a la cintura, es decir, sin manejar la correa.

Siempre vamos a evitar correas extensibles puesto que van en tensión constante y son muy peligrosas en ocasiones. Siendo las correas que menos accidentes evitan e incluso las que más accidentes ocasionan.  

 

¿Qué hacer cuando el perro tira mucho de la correa o la tensa constantemente?

Mucha gente le da importancia al manejo de correa en el momento en que la correa se extiende por completo y el perro sigue tirando de ella. No somos partidarios de realizar ejercicios, como cambiar de rumbo, decirle «junto», parar en seco o practicar entrenamientos que están muy alejados de lo que significa relacionarse de forma natural con los perros.

Cuando un perro tensa una correa larga es porque no está tranquilo y lo que necesita con el paso de los días es más calma por lo menos en ese tramo en el que el perro tira tanto de la correa.

En estos momentos en los que el perro extiende toda la correa y sigue tirando de ella nosotros solemos acercarnos al perro recogiendo correa y cuando estamos cerca del perro volvemos a destensar y soltar correa. De este modo le evitamos frustraciones y malestar al perro y le enseñamos con nuestro manejo poco a poco y con el paso de los días, mientras conseguimos que se calme, que es mucho más cómodo y confortable caminar sin tensión que caminar con tensión.

En algunos casos vemos perros que durante mucho tiempo tiran constantemente de la correa, un ejercicio que en ocasiones hemos aconsejado es parar en una determinada zona libre de estresores, darle toda la correa posible y quedarnos parados hasta que el perro baja un poco de revoluciones y olfatea un poco el suelo y la zona. Tras estos momentos podemos reiniciar el paseo y lo que suele suceder es que tensa menos la correa y olfatea más.

¿Cualquiera puede hacer un buen manejo de correa?

Otro tema interesante del que podríamos hablar es de si tiene sentido que una persona de baja estatura, escasa corpulencia y en ocasiones avanzada edad, debe o puede llevar atado un perro de gran tamaño fuerza y corpulencia. Del mismo modo que ese perro no puede ir atado de la correa por un niño de seis años, por falta de capacidades, tampoco deberían hacerlo determinadas personas personas aunque no se trate de niños.

Imaginaros tener que hacer pasar a un perro por un adiestramiento con el objetivo de que un niño de seis años lo pueda llevar atado. Pues esto mismo se ve a diario, en lugar de adiestrarlos para que sean paseados por niños, son adiestrados de forma similar para que personas que no tienen capacidades para hacer un buen manejo puedan pasearlos.

En algunas ocasiones, este objetivo tratan de lograrlo a través de premios constantes y exigencias. En el peor de los casos los perros sufren correcciones y castigos para que acaben siendo guiados por una persona que no tiene capacidades para hacer un buen manejo.

Si hablamos de casos excepcionales en los que la persona tiene alguna discapacidad o característica especial, es entendible hacer pasar al perro por esto. Pero cuando se trata de una persona con plenas capacidades, las cuales no llegan a ser suficientes, no es tan entendible y como mínimo nos hace reflexionar.

Es muy importante destacar que el buen manejo de correa se aprende y perfecciona con el tiempo y experiencias y obviamente habrán personas más capacitadas que otras para ello lograrlo.

Si quieres a los perros átalos de forma amable y haz el mejor manejo de correa posible, el resultado serán paseos de mayor calidad, un perro más equilibrado y estable, y por supuesto, una mejor relación porque el perro sabe que el que maneja la correa eres tú.

 

¡Cualquier duda sobre nuestros servicios de aseoramiento canino, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!

adoptar

EL HERMOSO Y SACRIFICADO PROCESO DE ADOPTAR A UN PERRO

Adoptar a un perro es uno de los gestos más bonitos y altruistas que podemos hacer las personas.

Adoptar es una decisión que cambia la vida tanto para el animal como para la persona y familia que lo adopta. 

Este proceso de adoptar a un perro  debe ser abordado con cuidado y responsabilidad para garantizar el bienestar del nuevo miembro de la familia y su integración exitosa en su nuevo hogar. 

A continuación, se describe la mejor manera de adoptar a un perro y las fases de adaptación que atravesará.

 

PREPARACIÓN ANTES DE ADOPTAR A UN PERRO

Antes de adoptar a un perro, es esencial reflexionar sobre el compromiso que implica tener un perro. 

Investigar sobre las razas que se adapten mejor al estilo de vida y nivel de actividad de la persona o familia es muy importante. 

Habría que considerar factores como el tamaño, características genéticas, necesidades específicas de su edad y cuidados.

Visitar refugios y/u organizaciones de rescate para conocer a los perros disponibles para adopción sería una buena toma de contacto, así como realizar paseos y pasar tiempo juntos para ir conociéndose y forjando un vínculo entre el humano y el perro. 

Los voluntarios y trabajadores del refugio pueden proporcionarte información sobre la personalidad y necesidades específicas de cada perro, ayudándote a tomar una decisión informada y pensada.

Cuando nos llaman, y nos piden una cita de asesoramiento canino antes de adoptar a un perro, nos da mucha confianza saber que su futura familia está muy interesada en hacer las cosas bien.

Tener claro cuáles serán las primeras cosas a tener en cuenta para hacerlo lo más fácil al perro, ya que para este  va a ser un gran cambio, es fundamental para que haya una buena adaptación y evitar futuros problemas que se pueden gestar desde los primeros días de la llegada del perro a su nuevo hogar.

 

PROCESO

Una vez se haya encontrado un perro que encaje bien con la familia o persona, el siguiente paso es completar el proceso de adopción.

Esto suele incluir llenar formularios, pasar entrevistas y, en algunos casos, realizar visitas domiciliarias. 

Estos pasos aseguran que el perro será acogido en un ambiente seguro y adecuado.

Algo que también sería importante valorar antes de adoptar, es hacer una acogida antes de adoptar a un perro, para ver si realmente tanto la familia como el perro se adaptan bien.

 

PREPARACIÓN DEL HOGAR

Antes de adoptar a un perro, habría que asegurarse de tener todo lo necesario: cama, tazones para comida y agua, correa, arnes preferibelemte mejor que un collar, juguetes adecuados y comida adecuada. 

Preparar un espacio tranquilo donde el perro pueda sentirse seguro y cómodo durante sus primeros días sería de las primeras cosas que la familia debería de fomentar.

Durante el proceso de adoptar a un perro, sería beneficioso sumar experiencias entre el humano y el perro mediante visitas y paseos, darle la oportunidad de ver su futura casa y el barrio con experiencias cortas y tranquilas, ayudaría a una mejor adaptación a estos entornos en un futuro próximo.

 

PRIMEROS DÍAS

Los primeros días de adoptar a un perro son cruciales para su adaptación, son muy importantes los primeros días ya que sentarán la base de sus futuros comportamientos.

Es normal que se sienta ansioso o asustado en un ambiente desconocido. 

Nadie se sentiría cómodo y seguro en un entorno nuevo, con personas desconocidas, así que hay que darle el tiempo necesario para que pueda familiarizarse con todos estos cambios.

Mantener un entorno tranquilo para que pueda descansar lo suficiente los primeros días, darle tiempo para explorar la casa y sus zonas más próximas ayudará a acostumbrarse a su nuevo entorno a su propio ritmo, esto debería de ser la máxima prioridad de su familia.

Si el primer aprendizaje que hace el perro (sobre todo si es un cachorro) cuando llega a la nueva casa, es que hay mucho estrés (positivo o negativo) y que es muy difícil descansar durante el dia, el dia de mañana será un perro excitado y nervioso, con las consecuencias en sus conductas que esto puede acarrear.

El perro se adaptará al entorno que le reciba y le prepare la familia, de ahí que los primeros meses se trata de que que el perro tenga entornos y experiencias muy tranquilas y de baja intensidad para que el día de mañana sea un perro tranquilo y equilibrado.

 

SI LLEGA A UNA CASA Y YA HAY UN PERRO

Si la familia adoptante ya tiene algún perro, lo ideal sería hacer la presentación en algún parque o zona muy tranquila, no en la casa directamente, intentando no sobreexcitar a ninguna parte.

Dar un paseo tranquilo de 5-10-15 minutos ayudará a normalizar esta presentación.

A la hora de subir, pueden subir juntos en el ascensor (por poner un ejemplo) si hemos notado que se llevan super bien desde el primer minuto, si no lo tenemos claro o no queremos correr riesgos, lo mejor es que subamos primero con el perro recién adoptado.

Dejarle deambular y que olfatee un poco toda la casa en general con nuestra presencia muy calmada y prepararle una zona de la casa para él, para poder estar tranquilo.

Las primeras horas despues de adoptar necesita asociar la casa, así como las personas y demás animales como algo tranquilo para poder DESCANSAR.

Cuanto más DESCANSO  tenga las primeras horas y días, mejor irán las cosas.

Lo ideal es que pudiéramos estar con él en esta estancia, haciéndole compañía para que pueda relajarse y DORMIR.

 

RUTINAS ADECUADAS DESPUES DE ADOPTAR

Los perros prosperan con la rutina, les aporta calma y seguridad, sobre todo al principio y cuando son jóvenes.

Establecer horarios regulares para la alimentación, paseos y tiempo de juego sería muy beneficioso.

Esto ayuda al perro a sentirse seguro y entender lo que se espera de él. 

La consistencia en la rutina facilita la adaptación.

Salir de la rutina también es bueno, cada 3-4 días estaría bien romper esa rutina y aprovechar para hacer alguna actividad como ir a la playa, dar un paseo por zonas más naturales, esto ayuda a bajar sus niveles de estrés del día a día y a mejorar el descanso.

 

PASEOS, JUEGOS Y SOCIALIZACIÓN

Los paseos al principio, sobre todo cuando es un cachorro deberían de estar enfocados a que pueda asegurar entorno, es decir; no querer enseñarle todo el barrio los primeros días, sino que de manera gradual pueda ver y reconocer los entornos más próximos a casa como lugares seguros.

Experiencias cortas y a baja intensidad evitando zonas o momentos del día que sepamos que puedan generarle demasiado estrés, por ejemplo la calle o el parque a la hora que estén todos los niños por la salida de la escuela.

Las primeras veces exponer al perro a los estímulos de la calle de manera progresiva y a baja intensidad le ayudará a hacer una asociación del entorno de la calle como un entorno tranquilo y esto es fundamental para los futuros paseos de calidad.

Es importante socializar al perro gradualmente con otros perros y para esto también deberíamos de ir poco a poco, dándole experiencias las primeras semanas a las horas más tranquilas y con perros no demasiado nerviosos, cuanto más equilibrados mejor.

Solo hay una primera vez, y lo ideal es que siempre sea positiva y calmada, de ahí que; comenzar con interacciones controladas y positivas para evitar que se sienta abrumado sería lo ideal las primeras semanas, tanto en el entorno de la calle como en el entorno del parque.

 

ATENCIÓN VETERINARIA Y SALUD

Programar una visita al veterinario poco después de la adopción para un chequeo general y para asegurarte de que el perro esté al día con sus vacunas y otros cuidados de salud. 

La primera vez que vaya al nuevo veterinario podría plantearse simplemente para que reconozca el sitio y que le puedan dar algún premio para positivizar la visita.

Esto ayudará a que la siguiente vez, quizás para una primera manipulación lo gestione mejor que si se hace el primer día, ya que no conoce el sitio ni las personas y puede hacer una peor gestión.

Solo hay una primera vez, y lo ideal es que siempre sea positiva y calmada, de ahí que; quizás la primera vez que va al veterinario solo debería de ser para obtener una buena sensación.

Mantén un calendario de visitas veterinarias regulares para garantizar su bienestar continuo.

 

ADAPTACIÓN 

Durante las primeras semanas , el perro puede mostrar signos de estrés o ansiedad. Puede que tenga comportamientos de evitación o busque esconderse. Es crucial darle espacio y tiempo para adaptarse.

Después del ajuste inicial, el perro comenzará a familiarizarse con su entorno y con los miembros de la familia. Es posible que empiece a mostrar su verdadera personalidad y a establecer un sentido de pertenencia.

A medida que pasa el tiempo, el perro fortalecerá su vínculo contigo y con los demás miembros de la familia. La consistencia en el cuidado y trato positivo reforzarán este vínculo.

Finalmente, el perro se asentará completamente, mostrando un comportamiento estable y confiado. En esta fase, se sentirá completamente seguro y adaptado a su nuevo hogar, y tú habrás ganado un compañero leal y amoroso.

Adoptar a un perro es una experiencia enriquecedora y gratificante.

Con paciencia, empatía, respeto, amor y dedicación, tu nuevo amigo de cuatro patas se adaptará y se convertirá en una parte integral de tu vida y familia.

 

¡Cualquier duda sobre nuestros servicios de aseoramiento canino, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!

libertad

LA LIBERTAD DEL PERRO. SU DERECHO, NUESTRA RESPONSABILIDAD

Si hay algo realmente ANTINATURAL para cualquier animal es la privación de libertad, ya sea a través del confinamiento, estar atado o cualquier otro método. 

 

Es por esto que es sumamente importante que los perros tengan la máxima libertad posible, dentro de unos límites, y por supuesto los perros deberían de disfrutar de la libertad en algún momento del día. Y debería ser algo diario, no como algo exclusivo del fin de semana o una vez al mes.

 

LA LIBERTAD QUE UNA PERSONA LE DA A SU PERRO ES SUBJETIVA Y PERSONAL.

El principal motivo por el que las personas no sueltan de la correa a sus perros por MIEDO a que le ocurra algo y en segundo lugar y con mucha relevancia, MIEDO a una posible multa o sanción administrativa. De este modo, puedes encontrar en una familia de cinco personas, cuatro personas que sueltan al perro y una que no. O al contrario, una persona que lo suelta y cuatro que no lo sueltan.

Por lo tanto, el mayor motivo suele ser el miedo y no solamente no es criticable que una persona tenga miedo a que le ocurra algo negativo a su perro, si no que además hay que respetarlo.

 

CUANDO TIENEN MIEDO SE COMPLICA MUCHO DARLES LIBERTAD.

Un perro que tiene miedo no piensa correctamente, está estresado, no escucha bien, no obedece bien y dispara sus conductas instintivas con facilidad. La probabilidad de que un perro con miedo pueda salir corriendo y entrar en modo huida es muy alta y es lo que más vemos que dificulta darle libertad a un perro.

Son muchos los casos que conocemos de perros que han sufrido un accidente o se han perdido porque huían de algo por MIEDO. Perros que han escuchado un petardo, perros que han escuchado cualquier otro ruido, perros que huían de otros perros o personas que les daban miedo. Por lo tanto, si tu perro tiene miedo hay que “trabajar” en ello y ayudarle todo lo posible. 

En principio había que darle toda la libertad que nos sea posible con una condición; QUE NO LE SUCEDA NADA NEGATIVO Y GRAVE AL PERRO NI A NADIE.

 

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA DARLE MÁS LIBERTAD A NUESTRO PERRO?

 

EXPERIENCIAS:

Esto es fácil de decir y entender pero más difícil de poner en práctica. Para ello hay que darle libertad al perro de menos a más, de forma muy progresiva y gradual, teniendo como premisa la seguridad del perro. Entre llevar al perro atado y finalmente llevarlo suelto con total confianza hay un mar de situaciones, experiencias, aprendizajes, aciertos y errores. Son muchas las veces que habrás escuchado que lo más importante es que tu perro acuda a la llamada. 

  • CONSEGUIMOS LA MÁXIMA CALMA POSIBLE: Lo primero que debemos tratar de conseguir es una salida del perro más tranquila a la calle si es posible. Para ello debemos aportar calma en los paseos, cubrir bien sus necesidades, contar con un material de paseo adecuado, hacer un buen uso y manejo de la correa larga no extensible. Ser un referente de calma y evitar excitar al perro y situaciones que le exciten demasiado ya sea para bien o para mal. Con el paso del tiempo veremos señales de que el perro sale más tranquilo a la calle, piensa mejor y actúa con más calma.

 

  • APRENDER DE NUESTRO PERRO: Lo siguiente sería observar, conocer y aprender del perro con algo más de libertad. Sobre todo su forma de actuar, de reaccionar en la calle, de sus MIEDOS, su autocontrol, etc… y darle libertad con la correa todo lo posible. Para ello podemos usar una correa de cinco metros no extensible, de textura poco rugosa y suave que no queme nuestras manos cuando sintamos un tirón y que no arrastre cosas por el suelo.

         De esta forma podemos aprender cómo actúa e interactúa con el entorno, y es a través de esta información que nos dará la práctica, con la que nos sentiremos más seguros y                   perderemos miedos. Esto hace que ganemos en confianza y sepamos prevenir situaciones que pueden llevar a conflicto. Si nuestro perro actúa con normalidad y calma, piensa y               responde adecuadamente, tiene autocontrol y obedece con normalidad, entonces podemos estar más seguros. Y darle cada vez más libertad, ya sea dejando la correa suelta por               el  suelo a ratos o soltándole de la correa en algunos momentos ya sea porque está tranquilo o porque quiere socializar o ejercitarse un ratito.

 

LA LAMADA:

Obviamente es importante pero no tiene porqué acudir el 100% de las veces en el acto, es decir, hay que entender bien por qué y cuándo un perro puede acudir a la llamada. Un ejemplo para que lo entendáis: Una persona que tiene un cachorro de 5 meses que está en el campo y tienen una muy buena relación, se encuentran un perro de 8 meses y los sueltan.

En la primera carrera puede que los perros no obedezcan a la llamada pues son jóvenes, les falta madurez, tienen mucha necesidad de jugar y correr, pero ninguno de los dos perros se merece que no les den libertad por algo que todavía no les podemos pedir.

Seguro que esos mismos dos perros, si esperamos cinco minutos a que se conozcan y se peguen dos carreras, responderán mucho mejor a la llamada. Si los perros están equilibrados y no sienten miedo en exceso no tendría sentido que desaparecieran y se fueran corriendo, cuando sus seres queridos se encuentran en un determinado punto, la relación es buena y su vida depende de ellos. 

 

  • ENTENDER BIEN LA LLAMADA: No se debe entrenar como si fueran robots a base de repeticiones diarias, sino más bien entendiendo factores como:
  •  – ¿Tiene sentido que le llame ahora?
  • – ¿Cómo le estoy llamando?
  • – ¿Puede en ese momento darme lo que quiero?
  • – ¿Tiene autocontrol suficiente?
  • – ¿Tiene algún problema por el cual le cueste obedecerme? Miedos o 
  • – ¿Qué experiencias ha tenido tras nuestra llamada?
  • Cuando entendemos todos estos factores que influyen en el hecho de que un perro pueda obedecer y que no todos los perros lo harán del mismo modo, entonces podremos obtener las mejores llamadas, ya sean silenciosas, gestuales, más altamente sonoras, etc…

Cosas a tener en cuenta.

– El miedo: Cuántos más miedos tiene el perro más se complica darle libertad. Especial cuidado cuando nuestros perros son jóvenes o tienen miedo a algunos perros y aparecen de repente. En ese momento se puede disparar una carrera de huída y suele pasar en los primeros segundos. Lo mejor es prevenir esta llegada y ponerle la correa si no la lleva puesta o cogerla por un extremo si la lleva arrastrando.

– Las capacidades del perro: No todos los perros responden igual al soltarlos, dependiendo de las necesidades que tengan y el entorno pueden actuar de una forma u otra. El mismo perro probablemente sea más sencillo de soltar cuando sea un perro maduro y llegue a los dos años que cuando tenía 7 meses. Y no tendrá la misma capacidad de gestionar la libertad un perro que no tiene miedos excesivos de otro que sí los tiene. 

– El entorno: Debe estar lo más libre de estrés y excitación posible. Además es importante que haya espacio. Solar a un perro en un terreno de 5 metros cuadrados vallado no se le puede llamar libertad.

– El proceso: Primero con correa larga de 5 metros. Luego podemos seguir con correa larga (sin asa) y soltarla en el suelo. Siempre nos vamos a sentir más seguros si podemos coger al perro a una distancia de 5 metros. Y con el tiempo si aprendemos a evitar problemas y cómo responde nuestro perro, con suerte podremos empezar a darle plena libertad a ratos hasta que esos ratos se conviertan en gran parte del paseo si es posible y lo que deseamos.

Cada perro tiene su punto débil, habrán perros que les cueste acudir a la llamada o obedecer al “quieto” cuando están jugando, otros cuando huelan o vean una perra que les gusta o está en celo, otros porque tienen miedo, otros porque no están cómodos en ese lugar y otros porque han olfateado algo que les llama poderosamente la atención, como un familiar u otro animal.

Ventajas e inconvenientes de DARLE LIBERTAD al perro:

Ventajas: 

El perro obtiene más experiencias y consigue ser un perro más sabio, haciendo descubrimientos, obteniendo conocimientos, además de conocerse mejor a sí mismo.

El perro cubre mejor sus necesidades, además de ejercitarse física y mentalmente. 

El perro socializa mejor, obtiene herramientas para entenderse mejor y evitar conflictos con otros perros. 

La persona puede conocer realmente a su perro, saber cómo es, qué legista hacer, que intereses tiene o cómo le gusta relacionarse sin intervención humana. Además le permite aprender del perro a través de la observación durante las experiencias.

Inconvenientes:

El principal inconveniente es que le pase algo grave al perro o a alguien. Por esto es nuestra responsabilidad hacerlo con cuidado, con cabeza y tratando de no exponerlo al peligro de forma innecesaria.

Que el perro en un momento dado de camino a la adultez moleste un poco a alguien (aunque tratemos de evitarlo siempre), forma parte del proceso, para eso están las disculpas y la buena educación.

A los niños humanos les pasa exactamente igual, antes de ser adultos en algún momento molestaron a alguien y no por ello ponemos el grito en el cielo si somos un poco empíricos y la situación es normal. Otra cosa muy distinta es dejar que los perros o los niños que no son todavía adultos molesten en exceso a los demás sin ningún tipo de control porque hay que dejarles ser. Es nuestra responsabilidad ayudar a madurar a los perros, darles libertad con seguridad y respetar la libertad del prójimo.

 

Ventajas e inconvenientes de NO DARLE LIBERTAD al perro:

Ventajas: 

El perro no molesta, no se pierde y no lo muerden. Es decir, la única ventaja quizás podríamos hablar de la seguridad física del perro, pero no de la mental y emocional.

Inconvenientes:

Falta de experiencias. Falta de madurez.

Falta de habilidades sociales.

Mayores inseguridades y miedos.

Necesidades sin cubrir.

Desequilibrio emocional.

Pobre desarrollo físico y mental.

Mayor infelicidad, estrés y frustración.

 

CONCLUSIÓN REFLEXIVA

Personalmente pensamos que realmente la libertad que cada uno le da a su perro es personal y subjetiva y depende sobre todo de sus miedos, sus conocimientos, sus experiencias, el perro y su relación con el perro.

Llevamos toda la vida con perros y nuestros perros han disfrutado de libertad a diario. Desgraciadamente para ellos hemos vivido siempre en la ciudad con sus peligros y siempre hemos tenido y tendremos miedo a que les suceda algo negativo (igual que una madre con sus hijos). De hecho, incluso tenemos pesadillas por ello. Pero es nuestra responsabilidad que nuestros perros tengan el mayor bienestar posible y para ello sin duda es necesaria la libertad.

Por lo tanto, si quieres darle más libertad a tu perro, ve poco a poco, obtén conocimientos, obtén experiencias y aprende de ellas con la máxima seguridad que te sea posible. El que hace lo que puede no está obligado a más. Pero cómo puede cambiar toda la vida de un perro de llegar a un hogar en el que le dan libertad a diario a que le toque llegar a una casa dónde jamás lo soltarán de la correa.

Por último, por supuesto que hay perros que han tenido accidentes o han perdido la vida por darles libertad, pero no olvidemos que son más todavía los perros que han vivido plenamente hasta el final de sus días, que han mejorado su vida y su relación familiar dándoles más libertad.

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estrés

ESTRÉS CANINO

LOS PERROS TAMBIÉN TIENEN ESTRÉS.

Teniendo en cuenta que el sistema nervioso del perro es más de un 90% compatible con el nuestro, no es difícil entender que los perros para vivir, al igual que los humanos, necesitan el estrés y el miedo.

El estrés al igual que el miedo, ya sea en perros o humanos, no se puede calificar ni de bueno ni de malo, es necesario. Lo que no es bueno es el exceso de estrés y/o de miedo. Por lo que podemos considerar normal tener miedo a un perro que ofrece conductas agresivas pero no a cualquier perro aunque pese 2 kilos y su conducta sea dócil y calmada.

Del mismo modo podemos considerar normal que a un perro le estresa en cierta medida una visita en casa, lo que no sería tan normal sería el hecho de que el perro no pudiera gestionar bien esa visita y diera señales de estrés y malestar llegando incluso a generar problemas en la familia o al propio invitado.

Lo contrario a un perro estresado o con estrés es un perro tranquilo y en calma. Normalmente, a los educadores caninos nos requieren porque los familiares observan conductas que le aportan problemas al perro y a la familia. Conductas que no vienen porque el perro es dominante, malo o “chulo”.

Son conductas cuyo origen está en el estrés y el miedo: Ladridos excesivos, conductas agresivas hacia perros o personas, destrozos en casa, micciones no deseadas en el hogar, el perro tira mucho de la correa, el perro lleva muy mal las visitas en casa, el perro no obedece y muchos más ejemplos de los que podemos observar que el perro no está en calma y le cuesta gestionar el estrés generado por la situación.

Por lo tanto, la mayoría de los problemas que se suelen dar en la convivencia tienen su origen en el estrés, que es exactamente lo contrario a la calma y la tranquilidad. 

SEÑALES DE ESTRÉS:

  • No poder parar quieto
  • Imposibilidad de tumbarse
  • Mordisquear cosas
  • Transportar cosas con la boca
  • Jadeo
  • Rascarse. Picores.
  • La monta
  • Sacudirse
  • Hipersalivar
  • Revolcarse por el suelo
  • Bostezar
  • Saltar en vertical
  • Llanto
  • Retropiloerección

Puedes observar si un perro está estresado porque da señales. Estas señales deben de saber interpretarse pues no siempre que un perro se rasca o se sacude es por estrés. Si atendemos al entorno y la situación que está viviendo podremos saber perfectamente si se tratan de señales de estrés.

 

DOS TIPOS DE ESTRÉS: “POSITIVO” Y “NEGATIVO”.

Podemos considerar para entenderlo mejor que hay dos tipos de estrés, uno que parte del malestar (al que podemos denominar negativo) y otro que parte de la felicidad y la alegría (al que podemos denominar positivo). Lo importante es saber que los dos generan estrés.

De este modo, cuando llegamos a casa o le tiramos la pelota al perro para que juegue, estamos generando estrés “positivo”. Y si por el contrario, nos enfadásemos con el perro o quisiera comer algo que no le dejásemos, estaríamos generando estrés negativo, ya que el perro se sentiría frustrado e incomprendido.

Es muy común que las personas entendamos que el estrés “negativo” es malo para el bienestar del perro, pero cuesta más entender que el estrés “positivo” también puede traer problemas de bienestar al perro, problemas de salud y problemas de convivencia con la familia.

 

EL ESTRÉS ES SUBJETIVO Y PERSONAL. 

La gestión que cada individuo hace del estrés es subjetiva y personal, es decir; una misma cosa puede estresar mucho a una persona y poco a otra. 

Lo mismo pasa con el miedo. A alguien puede darle miedo algo que a otra persona no. 

Los perros también gestionan el estrés de forma individual, de modo que puedes ver como hay perros que una determinada cosa les sienta muy mal y les estresa mucho y a otros no tanto. 

Un ejemplo serían las correcciones o el hecho de no darle acceso a otro perro con el que quiere relacionarse o saludar. 

Entonces, si el estrés es subjetivo y personal, ¿Nosotros como tutores tenemos alguna responsabilidad sobre sus niveles de estrés?

Por supuesto, pues sus niveles de estrés dependen de dos cosas: la vida que le demos al perro y cómo la gestione.

 Puedes darle exactamente la misma vida a dos perros, con la misma familia, el mismo hogar, las mismas rutinas, etc… Y que uno de los perros no presente señales de estrés y el otro perro presente muchas señales de forma diaria. 

Si la gestión que hace el perro del estrés es subjetiva y personal, dependerá de la vida que le ofrezcamos nosotros que tenga niveles de estrés más altos o más bajos. 

Un perro estresado piensa peor, escucha peor, obedece menos, ve más amenazas donde no las hay y puede disparar sus conductas instintivas con más facilidad. Y a la larga puede afectar a su sistema digestivo, a la piel o incluso dañar el sistema inmunológico del perro. 

Un perro con niveles de estrés bajos es todo lo contrario, entiende mejor, gestiona mejor las cosas, escucha mejor, se siente más seguro, se comunica mejor, ladra menos y está más sano.

 

¿CÓMO FUNCIONA EL ESTRÉS?

Es importante entender que el estrés SE ACUMULA COMO UNA MOCHILA QUE SE VA CARGANDO DE PESO y cuanto más pesa peor, más problemas tienen los perros. Pero además en ocasiones se “DISPARA” EN FORMA DE PICOS DE ESTRÉS.

Muchos picos de estrés en el día a día del perro pueden llevarlo a una acumulación de estrés, al igual que una vida sin necesidades bien cubiertas. Es esta “mochila” la que puede llevar al perro a un problema más grave de salud emocional y física, haciendo llegar al perro a lo que se denomina ESTRÉS CRÓNICO.

Las señales de estrés crónico pueden ser problemas de piel, problemas gastrointestinales, coprofagia, estereotipias, reactividad, hiperactividad, indefensión aprendida… 

Llegados a este punto es vital acudir a un etólogo veterinario para ayudar al perro a lidiar con su día a día y tratar de mejorar su salud y bienestar.

 

MECANISMOS QUE INTERVIENEN EN EL ESTRÉS CUANDO EL PERRO SE ESTRESA.

Ritmo cardíaco disparado, glóbulos rojos concentrándose en los músculos, aporte de adrenalina, aporte de testosterona, aporte de osteocalcina, aporte de dopamina, a largo plazo aumento de los niveles de cortisol y más cambios a nivel químico que aportan mucha energía al perro y reduce la capacidad de razonar del perro.

 

¿CÓMO REDUCIR LOS NIVELES DE ESTRÉS DE MI PERRO?

Podríamos resumir en una frase que reducir los niveles de estrés del perro es cubrir bien sus necesidades y evitar cosas que le alteren ya sea en cantidad o en intensidad, ya sea para bien o para mal. 

Además, habría que tener en cuenta la personalidad del individuo, los hay más sociables, más inseguros, más juguetones… Pero para entenderlo mejor a continuación vamos a exponer cómo podemos reducir los niveles de estrés del perro tanto en casa como en la calle:

– Rutina diaria adecuada y salir de la rutina de vez en cuando, a la naturaleza, bosque, montaña, playa, etc. Pueden ser de tres paseos al día aproximadamente de un total de una hora u hora y media aproximadamente, fuera de casa. Si un perro tiene problemas en la calle debería tener mucho descanso entre bajada y bajada y poco tiempo de exposición.

– Ambiente tranquilo en casa, movimientos lentos, volumen bajo, evitamos discusiones. Llegadas y salidas tranquilas.

– Modelo educacional amable y respetuoso; Dejamos las correcciones de lado y utilizamos la forma más amable de pedirle que deje de hacer algo si es que tiene que dejar de hacerlo. Convivencia libre de estrés y miedo. Utilizamos la palabra NO lo justo y necesario, no la utilizamos a diario. Si no la usamos mejor.

-Enriquecimiento ambiental adecuado y juguetes como alfombra olfativa, cuerda, peluches, juego de olfato en casa, kong con paté, cilindro con agujeros y premios, etc… Ambientador de lavanda les relaja y la vainilla evita ladridos, también pueden funcionar hormonas de apaciguamiento. Los snacks naturales deshidratados les gustan, desestresan y enriquecen. La música de piano tranquila les relaja mucho.

-Alimentación variada y de calidad y descanso de calidad y en cantidad. Esto es vital.

-Nivel de exigencia justo y necesario para su edad y su realidad; le pedimos lo que realmente necesitamos si puedo darlo. No le pidamos cosas que no necesitamos, se frustran y deterioran nuestra relación.

-Ejercicio físico y mental; es más importante el mental, solamente con dejar que olfatee lo que quiera y fomentar el olfato en los paseos llegará más cansado y relajado a casa que si se pone a correr. Sobre todo en entornos nuevos. El ejercicio inducido no es buena opción, así que nada de lanzarle cosas. Para que se ejercite debemos soltarlo y  hará el ejercicio que necesite especialmente si hay más perros. Cuidado y cabeza.

Si no podemos, no lo hacemos, siempre podemos buscar zonas seguras, valladas, ponerle una correa de 10 metros, un cordino de 15 o 20 metros y trabajar poco a poco. Cuidado con el nivel de excitación de los vallados, no es el mejor sitio para que un perro socialice.

-Paseos de calidad, que cubra sus necesidades, con buen manejo de correa adecuada mínimo de tres a cinco metros, vamos donde quiera ir siempre que no se meta en líos, le colocamos un arnés adecuado. Hacemos buen uso y manejo de correa que se perfecciona con el tiempo. Fomentamos la calma en los paseos y nuestra referencia siempre de calma. E intentamos darle movimiento al paseo, evitamos quedarnos parados mucho tiempo, a no ser que lo pida o lo necesite.  También se pueden hacer paradas de calma y observación del entorno.

Los paseos de calidad deben tener: libertad de movimiento y pensamiento, referencia de calma por nuestra parte, el mayor silencio posible, buen manejo de correa, material de paseo adecuado, mantenernos en un segundo o tercer plano, darle independencia, entornos adecuados, posibilidad de ejercitarse, olfatear y relacionarse con el entorno y otros perros.

– Socialización: A ser posible sin correa y en entornos adecuados y con perros sin graves problemas de conducta. Tenemos que darle la oportunidad a diario de socializar si quiere.

-Buena comunicación, le hablamos lo necesario, en tono tranquilo y amable, nada de excitarlo o regañarlo. Interacción sin excesos que es lo habitual y aprendemos y respetamos las señales de calma y advertencia. 

-Respecto al juego debemos entender que prácticamente va unido al estrés, jugar es emocionante y divertido y puede alterar bastante al perro por lo que recomendamos jugar en intensidad baja como lo haría un perro adulto y maduro. 

– Evitamos la soledad en la medida de lo posible. Y en ocasiones elegimos el mal menor porque es preferible dejar al perro en casa que enfrentarlo a un entorno que lo va a estresar o no va a gestionar bien por no estar preparado.

– Contacto de calidad y cariño. Lo que nos pida y le guste recibir. El contacto y el cariño no implica movimiento y las caricias si. Atendemos a sus acercamientos o a su comunicación para ver si le gusta. La caricia perfecta debe ser previsible, permitida, placentera y productiva. 

– Las visitas al veterinario o a la peluquería canina pueden estresar mucho al perro. Los vallados con niveles de excitación altos también. Cuidado con el espacio, los tiempos y los perros que hay dentro.

-Y por supuesto, proteger al perro de todo aquello que le da miedo en exceso.

Además existen terapias complementarias que pueden ayudar al perro a reducir sus niveles de estrés: Masajes, suplementos naturales, juegos de olfato, camisas anti estrés, hormonas de apaciguamiento, musicoterapia, flores de Bach, aromaterapia con aceites esenciales…

Como profesionales de la educación canina y asesores tratamos muchos casos en los que el perro ofrece conductas que preocupan o dificultan la convivencia familiar. 

Sea cual sea el problema, el mejor principio para ayudarles es proponer un buen plan de reducción de los niveles de estrés del perro. 

Esto hace que el perro en cuestión de tiempo, esté más tranquilo generalmente y de forma cotidiana, esté más sano física y mentalmente, que escuche mejor, que obedezca mejor, y que muchas conductas que complican la convivencia en el hogar o en la calle se reduzcan considerablemente o incluso desaparezcan. 

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perros y niños

PERROS Y NIÑOS

Son muchas las familias en las que conviven perros y niños, y si la cosas se hacen bien puede ser una experiencia muy bonita, pero en otros casos, la experiencia puede complicarse ya que es un gran cambio para todos.

Vamos a abordar como deberíamos de preparar a nuestro perro de la manera más amable y respetuosa ante la llegada de un bebe al hogar, ya que sin duda, hacer una buena transición en los cambios que van a suceder ayudará a nuestro perro a hacer una mejor gestión de estos cambios.

También hablaremos de como sería la mejor manera de una primera presentación entre perros y niños.

Durante el embarazo se pueden ir preparando muy progresivamente todas esas rutinas y cambios que se prevén, preparar nuevas estrategias para poder cubrir sus necesidades, para que sea un proceso totalmente natural.

Los tiempos y la calidad de los paseos suelen cambiar, las rutinas también suelen verse afectadas, así como sus posibilidades de socialización, los tiempos de descansos y la calidad de estos, nuevas limitaciones.. y este cúmulo de cambios acaban por desencadenar esos cambios en su comportamiento.

Los perros son muy sensibles a los cambios en su entorno y en sus rutinas.

 

CAMBIOS EN LAS RUTINAS

Lo primero que deberían de pensar los tutores es en los cambios que van a suceder en sus rutinas y en la del perro para habituarse progresivamente.

Los bebés alteran significativamente las rutinas diarias. Si el perro está acostumbrado a un horario estricto para paseos y comidas, empieza a variar los horarios gradualmente para que se acostumbre a la flexibilidad.

Posiblemente cambien los horarios de paseos, y de quién realiza los paseos, porque si la mamá tiene que estar en casa con el bebé durante la lactancia posiblemente sea el papá o la otra persona la que tenga que ocuparse de los paseos del perro.

Estos cambios en las rutinas de paseos deberían de ir dándose de manera gradual para que luego no sea algo que al perro le pueda crear confusión.

 

CAMBIOS EN  ZONAS DE LA CASA

También hay que valorar si vamos a cambiar zonas de uso restringido para el niño, deberíamos de ir habituando al perro a dejar de usar esas zonas de manera progresiva.

De la misma manera, habría que proporcionar un lugar tranquilo donde el perro pueda retirarse si necesita un descanso. Este debe ser un espacio donde se sienta seguro y no sea molestado.  

Al igual que puede haber una zona para el descanso del niño y que en ciertos momentos puede que no se le permita entrar al perro, a la inversa tambien deberia de darse; una zona en la que el perro pueda estar tranquilo sin la posibilidad de que el niño pueda entrar, sobre todo si no hay una supervisión de los tutores.

PRESENTACIÓN ENTRE PERROS Y NIÑOS

El primer encuentro entre perros y niños debería de ser de manera natural, en un entorno tranquilo y controlado.

Las personas no deberían sobreexcitar al perro para que este pueda asociar la presencia del niño con algo tranquilo, permitiendo acercarse y olerle.

Observar cuidadosamente las reacciones de los perros y niños y reforzar los comportamientos tranquilos y curiosos.

Fomentar momentos de descanso y de calma entre ambos, ayudarán a normalizar y mejorar el vínculo.

Nunca habría que dejar solos a los perros y niños sin supervisión.

 

TIEMPO Y ATENCIÓN

En muchos casos, suele darse que, antes de la llegada del niño, el perro es el centro de atención de las personas, todo gira en torno a él y de repente, en cuanto llega el nuevo miembro esta atención y el tiempo que se les proporciona cambia totalmente.

El tiempo que se le puede ofrecer a los perros cambia considerablemente, en muchas ocasiones disminuye y casi siempre en presencia de otro ser vivo, en este caso el bebe y que también reclama atención.

La atención recibida ya no es la misma y cuando se le da, casi siempre está presente el niño, y eso puede llegar a ser frustrante para el perro si no se le ha ido habituando de manera progresiva.

Sería muy positivo poder mantener ciertas rutinas en las que el perro pueda recibir atención, paseos, juegos, momentos de contacto y descanso en las que el protagonista sea él también, para que no se sienta desplazado y con la frustración que esto le puede generar. 

Fomentar experiencias de calidad y poco estresantes como paseos tranquilos, siestas entre perros y niños sería una buena manera de reforzar el vínculo y el respeto entre ellos.

 

SUPERVISIÓN ENTRE PERROS Y NIÑOS

La mayor tasa de agresividad se da en perros y niños y eso se entiende teniendo en cuenta que los bebés a medida que crecen y empiezan a gatear y tienen más autonomía son mucho más intensos, invasivos y estresantes para los perros.

Todos estos comportamientos se traducen en perros mucho más estresados, con peor gestión emocional y si no hay una buena supervisión, puede acabar en una agresividad de los perros hacia los niños.

Hay que explicar a los niños que los perros no son un juguete y que debemos de respetar sus espacios, evitar la sobreestimulación y fijarse en su lenguaje corporal para saber si estamos siendo molestos.

 

LLEGADA DE UN PERRO A UNA CASA CON NIÑOS

En el caso de que sea un perro el que llega a una nueva familia en la que hay niños, lo primero sería hacerles entender a los niños que el cambio que supone para el perro llegar a un entorno nuevo con personas nuevas va a ser bastante estresante.

Los primeros días solo deberíamos de preocuparnos de que el perro haga una asociación de que tanto las personas como los niños no son un peligro, por lo tanto hay que dejarle tranquilo y fomentar mucha calma y promover momentos de descanso y tranquilidad.

Eduquemos a los niños en el respeto hacia los perros. Serán mejores personas, los perros serán más felices y habrán muchos menos «accidentes» indeseados.

 

CONCLUSIÓN

La adaptación para una buena relación entre perros y niños es un proceso gradual. 

Darle tiempo al perro para que se acostumbre al nuevo miembro de la familia es crucial. 

Algunos perros pueden necesitar más tiempo que otros para adaptarse completamente.

La llegada de un bebé a un hogar con un perro puede manejarse de manera exitosa con planificación, paciencia y respeto. 

Al preparar adecuadamente al perro y proporcionar un ambiente seguro y controlado, es posible fomentar una relación armoniosa entre los perros y niños, asegurando el bienestar de toda la familia.

La llegada del nuevo miembro de la familia no debería de generar ningún problema a nuestro perro, sino todo lo contrario, una implementación de la felicidad como parte de la unidad familiar.

Con buenas pautas, respeto y empatia se puede conseguir una buena relación entre perros y niños.

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miedo en perros

MIEDO EN PERROS. ¿COMO PUEDO AYUDARLE?

Lo primero que habría que valorar antes de querer ayudar a nuestro perro, sería entender que es el miedo .

El miedo es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. 

El miedo en perros, como en las personas, es una herramienta que nos ayuda a ser cautos, de ahí que no crucemos la calle sin mirar o nos tiremos de un balcón; por miedo a que nos pase algo.

Todos nacemos con predisposición a tener miedo, es una herramienta fantástica para sobrevivir; es natural tener miedo, sobre todo en edades tempranas. 

El miedo se cimenta en dos componentes: uno genético y otro adquirido

Es muy importante entender que en el día a día siempre hay experiencias positivas y negativas, y lo más importante es saber gestionar estas experiencias para no convertirse en traumáticas. 

Nuestras experiencias son las que condicionarán a que tendremos miedo: “aprenderemos” a tener miedo a algunas cosas más allá de nuestros miedos innatos o ancestrales.

La máxima expresión del miedo es el terror. Además, el miedo está relacionado con la ansiedad y el estrés. El estrés es la respuesta del organismo a un cambio y NO es específico, sino individual.

El estrés es la herramienta que permite al cuerpo adaptarse al ritmo diario. Sin estrés no podríamos vivir.

Lo que sí que debería de preocuparnos es la gestión del estrés y muy especialmente lo que se conoce como estrés crónico.

Señales de miedo en perros más comunes

Cola entre las piernas; Orejas hacia atrás; Temblores; Jadeos; Huida; Inmovilización; Salir corriendo o se muestra hiperactivo ante la imposibilidad de escapar; Ladra constantemente en tandas largas y nerviosas, ladrido penetrante, molesto.

Se manifiestan también de otras formas, tanto en actividad, como en lenguaje corporal y comportamiento.

Miedo en perros más comunes

El miedo en perros puede aparacer en cualquier situación, en función del momento, el entorno y el estado emocional, y sobre todo en edades tempranas, un cachorro al tener menos experiencias e información de estas y de los estimulos que le rodean, es mas facil que tenga mas miedos.

Ruidos inesperados, amenazas y castigos, discusiones externas, la soledad, ir atados sin posibilidad de escapar, estímulos sensoriales demasiado intensos, novedades externas, dueños inseguros, miedos heredados, mala manipulación, todo estos motivos pueden hacer aparecer el miedo en perros.

Tipos de miedo en perros e intensidades

El miedo en perros podemos catalogarlos en tres tipos:

MIEDO BAJA INTENSIDAD:

– Este miedo es BUENO. Es adaptativo y ayuda a ser cauto.

– Usa las señales de calma.

– Quiere investigar pero no se atreve.

– Avanza lento, retrocede rápido.

– Ante esos miedos, no darle importancia, no hablarle, ni mirarle.

– Actitud calmada ( SER BUEN REFERENTE ).

– ………..

MIEDO MEDIA INTENSIDAD:

– Muestra inseguridad

– Intenta hacer señales de calma.

– Aparecen síntomas de estrés; movimiento, saltar, coger cosas con la boca, rascarse, jadeo…

– Gruñe y amenaza a lo que le da miedo, quiere que se aleje.

– Si no supera el miedo, este empeora.

– El estrés activa la amígdala.

– …………

MIEDO ALTA INTENSIDAD:

– Lanza bocados a lo que le asusta

– NO emite señales de calma.

– Posiblemente dejó de ladrar y pensar; su objetivo es que se aleje lo que le da miedo o huir.

– Es posible que muerda lo que tiene cerca (correa, persona, perro..).

– …………

Comportamientos asociados al miedo en perros

Agresividad; Dependecia; Hiperactividad, Re-atividad, Egocentrismo/Hipersociabilidad; Indefensiñon aprendida; Estereotipias, comportamientos compulsivos…

Cómo ayudar a nuestro perro

La única manera que tenemos las personas de poder ayudar a nuestro perro cuando tiene miedo es comprender de dónde viene el miedo, cómo actuar para no generarle más miedo al perro y en todo caso ayudarle para que pueda superarlo o al menos gestionarlo mejor.

Una de las claves es intentar conseguir que el perro sea más seguro de sí mismo, confíe en sus entornos más próximos y que confíe más en la familia para que cuando se den estas situaciones que le provocan miedo ( petardos, viento, lluvia, otros perros, una bici…), el perro sepa gestionarlo de la mejor manera.

¿ Alguien se imagina estar asustado y nervioso y la persona en la que confías, te chille, te grite te golpeé? Pues esto se suele hacer cuando un perro está nervioso y asustado; nosotros le reprimimos, con las fatales consecuencias que puede traer esto 😵‍💫

Cuando un perro está asustado, necesita que alguien comprenda su miedo, que no pretenda que no lo exteriorice ni que sea reprimido y que le aporten toda la calma posible.

El miedo en perros se trabaja siempre desde el respeto y la empatía, jamás desde el castigo.❤️

Nuestra formación y experiencia en miedo en perros es amplia y actualizada. Si tienes un perro con problemas de gestión emocional, no dudes en contactar con nosotros.

¡Cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!

ansiedad por separación

ANSIEDAD POR SEPARACIÓN

ANSIEDAD POR SEPARACIÓN

Existen muchos problemas relacionados con la ansiedad por separación y no todos son iguales. 

No consideramos ansiedad por separación:

  • Cuando el perro no da signos durante la primera media hora.
  • Si los signos no escalan después de aparecer las señales y disminuyen o desaparecen.

En ocasiones los problemas que se presentan ya sean destrozos, micciones no deseadas o ladridos u otras señales no son provocados por problemas relacionados con la ansiedad por separación. Esto podría ser debido a una mala adaptación del perro a un nuevo hogar o recinto, a una etapa exploratoria en la vida del perro, a una acumulación de estrés o por picos de estrés agudo.

Cuando hablamos de ansiedad por separación, hablamos de uno de los problemas más graves que hemos tratado y que resulta un problema difícil de llevar para muchas familias.

Cuando el perro tiene este problema se caracteriza porque no lleva bien nuestra ausencia desde un primer momento y muestra señales durante los primeros minutos de partida.

Además suele dirigirse en todo momento hacia la puerta o lugar de salida por donde sabe que nos hemos ido. 

Este problema muestra un desajuste emocional cuando el perro se queda solo o sus referentes desaparecen. Aparece el miedo , el estrés y la ansiedad y puede manifestarse de muchas formas, ya sean ladridos, aullidos, destrozos, micciones, hiperactividad…

Para tratar este problema de ansiedad por separación lo primero que hacemos es valorar la vida completa del perro, para hacer una reducción de estrés en su vida, mejorar si es posible su relación familiar y ayudarle a desarrollarse como perro. 

El primer paso para mejorar la ansiedad por separación sería evitar dejar al perro solo durante unos días y reducir los niveles de estrés cubriendo sus necesidades de forma correcta y evitando cosas que le estresen en exceso. Habría que analizar el nivel de madurez del perro, la posible dependencia del perro sobre el referente, sus miedos, su confianza en sí mismo y los demás. 

Desensibilizar nuestros movimientos por casa y ser conscientes del ambiente que se genera en la misma. Revisar que cosas negativas pueden estar impidiendo que el perro mejore y esté más equilibrado y si todo esto no consigue mejorar la situación, entonces y sólo entonces es cuando empezamos un trabajo de desensibilización organizado, bien diseñado y constante.

No tiene sentido empezar un trabajo serio de desensibilización si previamente no hemos revisado y analizado el día a día del perro y sus características.

Métodos que no funcionan: Si funcionan estos métodos no se trata de ansiedad por separación.

Juguetes con comida o comida:

No funciona, solamente para contracondicionar y funciona mejor bajo umbral. No es sostenible. Si supera su umbral no sirve de nada y a la larga no tienen ningún efecto exitoso. Para que funcione bien el estímulo el orden debe estar intercambiado. El Kong o similar acaba prediciendo q algo malo va a pasar. Al tiempo no querrá el juguete o comer aunque al principio si lo hiciera.

La comida además termina antes de que el ejercicio finalice normalmente y le dejamos expuesto al estímulo aversivo (la soledad) sin nada que le guste o contracondicione.

¿Alimentadores remotos? Puede funcionar por menos de 30 minutos. No es viable estar dando de comer a un perro durante dos horas, no aporta calma ni relajación. Y además puede superar el umbral y dejar de ser efectivo. Por supuesto no ayuda a concentrarse en el aprendizaje que nos interesa que es quedarse solo sin entrar en pánico.

Condicionamiento operante:

No funciona con la ansiedad por separación. Es decir, no sirve pedirle al perro que se quede quieto dos horas para luego premiarle. No funciona. No genera un estado de trabajo de relajación y el perro está a la expectativa. Queremos un estado de relajación y de siesta en lugar de expectativa. 

Si utilizamos este método llegará un punto en el que el coste de hacer ese esfuerzo va a ser muy poco comparado con el premio que le damos. El mismo premio deja de tener el valor que tenía ya que se lo dábamos con 2 minutos de espera y el mismo premio se lo damos para una hora. El perro acabará por no querer hacer esta espera que no le aporta bienestar ninguno.

Además pensemos que lo ideal es que el perro decida donde quiere estar y se relaja donde quiera, no dónde le pidan u ordenen. Tampoco sirve aquí el alimentador remoto por los mismos motivos. Ni aporta calma ni vamos a estar dos horas dosificando comida si queremos progresar.

EL MÉTODO DE DESENSIBILIZACIÓN para trabajar la ansiedad por separación que usamos en WALKING DOGS VALENCIA es el sistema propuesto por Moira Hechenleitner

Es importante señalar que para empezar deberíamos dejar por un tiempo ya sean días o semanas la idea de separarnos del perro.

Al cabo de unos días en los que el perro se ha olvidado en parte de que se puede quedar solo y tenemos un buen estado emocional del perro para comenzar un nuevo aprendizaje, comenzaremos el trabajo de desensibilización que puede llevarnos meses.

Un método bien diseñado y organizado basado en el aprendizaje del perro siempre por debajo de su umbral fomentando un estado de relajación y sin utilizar órdenes, premios, ni comida.

Un método basado en trabajar de 30 minutos al día durante 5 días a la semana, a través de sesiones diseñadas previamente con los resultados de la sesión anterior.

Nuestra formación y experiencia en ansiedad por separación y problemas relacionados con la separación es amplia y actualizada.

¡Cualquier duda sobre nuestros servicios de aseoramiento canino, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!