perros y niños

PERROS Y NIÑOS

Son muchas las familias en las que conviven perros y niños, y si la cosas se hacen bien puede ser una experiencia muy bonita, pero en otros casos, la experiencia puede complicarse ya que es un gran cambio para todos.

Vamos a abordar como deberíamos de preparar a nuestro perro de la manera más amable y respetuosa ante la llegada de un bebe al hogar, ya que sin duda, hacer una buena transición en los cambios que van a suceder ayudará a nuestro perro a hacer una mejor gestión de estos cambios.

También hablaremos de como sería la mejor manera de una primera presentación entre perros y niños.

Durante el embarazo se pueden ir preparando muy progresivamente todas esas rutinas y cambios que se prevén, preparar nuevas estrategias para poder cubrir sus necesidades, para que sea un proceso totalmente natural.

Los tiempos y la calidad de los paseos suelen cambiar, las rutinas también suelen verse afectadas, así como sus posibilidades de socialización, los tiempos de descansos y la calidad de estos, nuevas limitaciones.. y este cúmulo de cambios acaban por desencadenar esos cambios en su comportamiento.

Los perros son muy sensibles a los cambios en su entorno y en sus rutinas.

 

CAMBIOS EN LAS RUTINAS

Lo primero que deberían de pensar los tutores es en los cambios que van a suceder en sus rutinas y en la del perro para habituarse progresivamente.

Los bebés alteran significativamente las rutinas diarias. Si el perro está acostumbrado a un horario estricto para paseos y comidas, empieza a variar los horarios gradualmente para que se acostumbre a la flexibilidad.

Posiblemente cambien los horarios de paseos, y de quién realiza los paseos, porque si la mamá tiene que estar en casa con el bebé durante la lactancia posiblemente sea el papá o la otra persona la que tenga que ocuparse de los paseos del perro.

Estos cambios en las rutinas de paseos deberían de ir dándose de manera gradual para que luego no sea algo que al perro le pueda crear confusión.

 

CAMBIOS EN  ZONAS DE LA CASA

También hay que valorar si vamos a cambiar zonas de uso restringido para el niño, deberíamos de ir habituando al perro a dejar de usar esas zonas de manera progresiva.

De la misma manera, habría que proporcionar un lugar tranquilo donde el perro pueda retirarse si necesita un descanso. Este debe ser un espacio donde se sienta seguro y no sea molestado.  

Al igual que puede haber una zona para el descanso del niño y que en ciertos momentos puede que no se le permita entrar al perro, a la inversa tambien deberia de darse; una zona en la que el perro pueda estar tranquilo sin la posibilidad de que el niño pueda entrar, sobre todo si no hay una supervisión de los tutores.

PRESENTACIÓN ENTRE PERROS Y NIÑOS

El primer encuentro entre perros y niños debería de ser de manera natural, en un entorno tranquilo y controlado.

Las personas no deberían sobreexcitar al perro para que este pueda asociar la presencia del niño con algo tranquilo, permitiendo acercarse y olerle.

Observar cuidadosamente las reacciones de los perros y niños y reforzar los comportamientos tranquilos y curiosos.

Fomentar momentos de descanso y de calma entre ambos, ayudarán a normalizar y mejorar el vínculo.

Nunca habría que dejar solos a los perros y niños sin supervisión.

 

TIEMPO Y ATENCIÓN

En muchos casos, suele darse que, antes de la llegada del niño, el perro es el centro de atención de las personas, todo gira en torno a él y de repente, en cuanto llega el nuevo miembro esta atención y el tiempo que se les proporciona cambia totalmente.

El tiempo que se le puede ofrecer a los perros cambia considerablemente, en muchas ocasiones disminuye y casi siempre en presencia de otro ser vivo, en este caso el bebe y que también reclama atención.

La atención recibida ya no es la misma y cuando se le da, casi siempre está presente el niño, y eso puede llegar a ser frustrante para el perro si no se le ha ido habituando de manera progresiva.

Sería muy positivo poder mantener ciertas rutinas en las que el perro pueda recibir atención, paseos, juegos, momentos de contacto y descanso en las que el protagonista sea él también, para que no se sienta desplazado y con la frustración que esto le puede generar. 

Fomentar experiencias de calidad y poco estresantes como paseos tranquilos, siestas entre perros y niños sería una buena manera de reforzar el vínculo y el respeto entre ellos.

 

SUPERVISIÓN ENTRE PERROS Y NIÑOS

La mayor tasa de agresividad se da en perros y niños y eso se entiende teniendo en cuenta que los bebés a medida que crecen y empiezan a gatear y tienen más autonomía son mucho más intensos, invasivos y estresantes para los perros.

Todos estos comportamientos se traducen en perros mucho más estresados, con peor gestión emocional y si no hay una buena supervisión, puede acabar en una agresividad de los perros hacia los niños.

Hay que explicar a los niños que los perros no son un juguete y que debemos de respetar sus espacios, evitar la sobreestimulación y fijarse en su lenguaje corporal para saber si estamos siendo molestos.

 

LLEGADA DE UN PERRO A UNA CASA CON NIÑOS

En el caso de que sea un perro el que llega a una nueva familia en la que hay niños, lo primero sería hacerles entender a los niños que el cambio que supone para el perro llegar a un entorno nuevo con personas nuevas va a ser bastante estresante.

Los primeros días solo deberíamos de preocuparnos de que el perro haga una asociación de que tanto las personas como los niños no son un peligro, por lo tanto hay que dejarle tranquilo y fomentar mucha calma y promover momentos de descanso y tranquilidad.

Eduquemos a los niños en el respeto hacia los perros. Serán mejores personas, los perros serán más felices y habrán muchos menos «accidentes» indeseados.

 

CONCLUSIÓN

La adaptación para una buena relación entre perros y niños es un proceso gradual. 

Darle tiempo al perro para que se acostumbre al nuevo miembro de la familia es crucial. 

Algunos perros pueden necesitar más tiempo que otros para adaptarse completamente.

La llegada de un bebé a un hogar con un perro puede manejarse de manera exitosa con planificación, paciencia y respeto. 

Al preparar adecuadamente al perro y proporcionar un ambiente seguro y controlado, es posible fomentar una relación armoniosa entre los perros y niños, asegurando el bienestar de toda la familia.

La llegada del nuevo miembro de la familia no debería de generar ningún problema a nuestro perro, sino todo lo contrario, una implementación de la felicidad como parte de la unidad familiar.

Con buenas pautas, respeto y empatia se puede conseguir una buena relación entre perros y niños.

¡Cualquier duda sobre nuestros servicios de aseoramiento canino, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!

ansiedad por separación

ANSIEDAD POR SEPARACIÓN

ANSIEDAD POR SEPARACIÓN

Existen muchos problemas relacionados con la ansiedad por separación y no todos son iguales. 

No consideramos ansiedad por separación:

  • Cuando el perro no da signos durante la primera media hora.
  • Si los signos no escalan después de aparecer las señales y disminuyen o desaparecen.

En ocasiones los problemas que se presentan ya sean destrozos, micciones no deseadas o ladridos u otras señales no son provocados por problemas relacionados con la ansiedad por separación. Esto podría ser debido a una mala adaptación del perro a un nuevo hogar o recinto, a una etapa exploratoria en la vida del perro, a una acumulación de estrés o por picos de estrés agudo.

Cuando hablamos de ansiedad por separación, hablamos de uno de los problemas más graves que hemos tratado y que resulta un problema difícil de llevar para muchas familias.

Cuando el perro tiene este problema se caracteriza porque no lleva bien nuestra ausencia desde un primer momento y muestra señales durante los primeros minutos de partida.

Además suele dirigirse en todo momento hacia la puerta o lugar de salida por donde sabe que nos hemos ido. 

Este problema muestra un desajuste emocional cuando el perro se queda solo o sus referentes desaparecen. Aparece el miedo , el estrés y la ansiedad y puede manifestarse de muchas formas, ya sean ladridos, aullidos, destrozos, micciones, hiperactividad…

Para tratar este problema de ansiedad por separación lo primero que hacemos es valorar la vida completa del perro, para hacer una reducción de estrés en su vida, mejorar si es posible su relación familiar y ayudarle a desarrollarse como perro. 

El primer paso para mejorar la ansiedad por separación sería evitar dejar al perro solo durante unos días y reducir los niveles de estrés cubriendo sus necesidades de forma correcta y evitando cosas que le estresen en exceso. Habría que analizar el nivel de madurez del perro, la posible dependencia del perro sobre el referente, sus miedos, su confianza en sí mismo y los demás. 

Desensibilizar nuestros movimientos por casa y ser conscientes del ambiente que se genera en la misma. Revisar que cosas negativas pueden estar impidiendo que el perro mejore y esté más equilibrado y si todo esto no consigue mejorar la situación, entonces y sólo entonces es cuando empezamos un trabajo de desensibilización organizado, bien diseñado y constante.

No tiene sentido empezar un trabajo serio de desensibilización si previamente no hemos revisado y analizado el día a día del perro y sus características.

Métodos que no funcionan: Si funcionan estos métodos no se trata de ansiedad por separación.

Juguetes con comida o comida:

No funciona, solamente para contracondicionar y funciona mejor bajo umbral. No es sostenible. Si supera su umbral no sirve de nada y a la larga no tienen ningún efecto exitoso. Para que funcione bien el estímulo el orden debe estar intercambiado. El Kong o similar acaba prediciendo q algo malo va a pasar. Al tiempo no querrá el juguete o comer aunque al principio si lo hiciera.

La comida además termina antes de que el ejercicio finalice normalmente y le dejamos expuesto al estímulo aversivo (la soledad) sin nada que le guste o contracondicione.

¿Alimentadores remotos? Puede funcionar por menos de 30 minutos. No es viable estar dando de comer a un perro durante dos horas, no aporta calma ni relajación. Y además puede superar el umbral y dejar de ser efectivo. Por supuesto no ayuda a concentrarse en el aprendizaje que nos interesa que es quedarse solo sin entrar en pánico.

Condicionamiento operante:

No funciona con la ansiedad por separación. Es decir, no sirve pedirle al perro que se quede quieto dos horas para luego premiarle. No funciona. No genera un estado de trabajo de relajación y el perro está a la expectativa. Queremos un estado de relajación y de siesta en lugar de expectativa. 

Si utilizamos este método llegará un punto en el que el coste de hacer ese esfuerzo va a ser muy poco comparado con el premio que le damos. El mismo premio deja de tener el valor que tenía ya que se lo dábamos con 2 minutos de espera y el mismo premio se lo damos para una hora. El perro acabará por no querer hacer esta espera que no le aporta bienestar ninguno.

Además pensemos que lo ideal es que el perro decida donde quiere estar y se relaja donde quiera, no dónde le pidan u ordenen. Tampoco sirve aquí el alimentador remoto por los mismos motivos. Ni aporta calma ni vamos a estar dos horas dosificando comida si queremos progresar.

EL MÉTODO DE DESENSIBILIZACIÓN para trabajar la ansiedad por separación que usamos en WALKING DOGS VALENCIA es el sistema propuesto por Moira Hechenleitner

Es importante señalar que para empezar deberíamos dejar por un tiempo ya sean días o semanas la idea de separarnos del perro.

Al cabo de unos días en los que el perro se ha olvidado en parte de que se puede quedar solo y tenemos un buen estado emocional del perro para comenzar un nuevo aprendizaje, comenzaremos el trabajo de desensibilización que puede llevarnos meses.

Un método bien diseñado y organizado basado en el aprendizaje del perro siempre por debajo de su umbral fomentando un estado de relajación y sin utilizar órdenes, premios, ni comida.

Un método basado en trabajar de 30 minutos al día durante 5 días a la semana, a través de sesiones diseñadas previamente con los resultados de la sesión anterior.

Nuestra formación y experiencia en ansiedad por separación y problemas relacionados con la separación es amplia y actualizada.

¡Cualquier duda sobre nuestros servicios de aseoramiento canino, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!

correa

¿CÓMO HACER UN EFICAZ MANEJO DE CORREA?

Para hacer un buen manejo de correa,  lo primero sería empezar empatizando con los perros y entender que ir atado por la vida no es fácil. Es algo para lo que ningún animal ha nacido y resulta molesto, estresante e incluso dañino en ocasiones para el perro. Es por estos motivos que pensamos que el perro debería ser atado de la forma más respetuosa y amable posible.

Un buen manejo de correa no se basa en qué hacer para que el perro tire menos, se basa en qué hacer para que al perro le suponga el mínimo malestar posible lo que suele conllevar menos tensiones de correa.

Lo ideal sería que cuando el perro fuera atado su libertad se asemejara lo máximo posible a ir suelto sin correa. Un buen manejo evita las máximas tensiones posibles y resulta lo menos agresivo posible para el perro durante el paseo. 

Para hacer un buen manejo de correa se necesita tiempo y práctica además de un mínimo de 3 metros (no extensible) dependiendo de la zona de paseo y lo transitada que sea. Es algo que se aprende y se perfecciona con el tiempo al igual que todo. Al principio puede resultar complicado pero con paciencia y experiencias lo acaba agradeciendo tanto el perro como el humano.

La correa es un instrumento de seguridad que sirve básicamente para retener y que el perro no acceda a determinados sitios. La correa no es para arrastrar al perro, pegarle tirones o hacer correcciones. Solamente en caso de que el perro haya accedido a algo donde no queremos que acceda podremos estirar de la correa o pegar un pequeño tirón comunicativo después de comunicar corporal y o verbalmente que tenemos que salir de ahí.

Consideramos que hay cuatro claves para que la correa no se tense:

1 – Que el perro paseé lo más tranquilo posible. Cuanto más tranquilo vaya y pasee más calmado será su paso y menos se tensará la correa.

2 – Una correa de una distancia mínima de 3 a 5 metros. Si la correa mide 1 metro y medio probablemente se tensará en casi todo momento enseñando al perro a  caminar con tensión. Una correa de 3 a 5 metros puede convertirse en una de metro y medio pero una de metro y medio no puede convertirse en una de 3 o 5 metros.

3 – Cuanto más olfatee y se pare a olfatear menos probabilidad de que se tense la correa de modo que si recorremos 30 metros sin que se pare seguramente se tense más veces que si se para 5 veces a olfatear algo. El hecho de que el perro vaya tranquilo y tenga una buena gestión de los estímulos de la calle ayuda mucho a que olfatee.

4 – Evita zonas con muchos estertores. El estrés no genera calma y sí genera energía en el perro por lo que si queremos que el perro vaya lo más tranquilo posible deberíamos evitar zonas con exceso de estímulos y estertores en el entorno. Obviamente pasea más tranquilo un perro por un parque o el campo que por una acera de 3 metros donde hay mucho transeúnte, tráfico, ruidos, movimientos, etc…

Nuestra recomendación es que si no es necesario no vayamos por delante del perro puesto que podemos estar metiendo prisa al perro sin saberlo por lo que lo suyo es ir cerca un poquito por detrás y a ser posible en paralelo al perro.

¿Qué podemos hacer si nuestro perro tira mucho de la correa?

Revisar el tipo de paseo. Debería fomentar la calma, cubrir sus necesidades, tener libertad en algún momento para poder ejercitarse o socializar y un buen manejo de correa.

Si nuestro perro no se para casi nunca y sencillamente tira y camina como si estuviera en una cinta de correr podemos tratar de relanzar un poco el paso o generar una parada para reducir la tensión y el estrés con el que camina el perro. Incluso efectuar una parada en algún lugar apropiado con olores y tranquilo para fomentar que olfatee la zona y se relaje un poco.

No recomendamos las correas extensibles salvo algunas excepciones por los siguientes motivos:

Es la correa que más problemas da y peligros conlleva. Tensión constante en la correa. Se escapa con mucha más facilidad de las manos. Perros a los que les cae en la cabeza. Fallo al bloquearse con el peligro que trae y puede provocar accidentes.

Suele generar problemas en los encuentros entre perros. Transeúntes y ciclistas que no la ven y se la llevan por delante, especialmente las que parecen hilo de pesca. Perros que huyen de ella al caerse al suelo por susto y miedo.

Provoca más cicatrices que otras. Generalmente, no la puedes soltar en un momento dado y dejarla caer al suelo. Si cae al suelo puede dañar a un perro, romperse u/o dejar de funcionar. Pensada para la comodidad del humano, no para el bienestar y seguridad del perro.

Es muy habitual ver correas muy cortas y el argumento para su uso suele ser que el perro vaya al lado o tire menos.

Nadie necesita realmente que el perro vaya justo y pegado al lado, además es antinatural para ellos. Lo que necesitamos es que vayan tranquilos cerca nuestro sin tirar de la correa, ya sea delante, al lado o detrás, simplemente le estamos acompañando en su paseo, porque es suyo, no es nuestro paseo.

¡Cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!