Problemas con la gestión de la soledad: Causas, Síntomas y Soluciones
Los problemas de gestión de soledad en los perros es un trastorno de comportamiento que afecta a muchas familias.
Este problema con la soledad ocurre cuando un perro experimenta un nivel elevado de estrés al quedarse solo o ante la soledad sin sus tutores. Aunque puede parecer un problema menor, las consecuencias pueden ser significativas tanto para el perro como para su entorno.
Comprender las causas, reconocer los síntomas y aplicar soluciones efectivas es crucial para manejar esta condición y garantizar el bienestar de todos los involucrados.
Como en la gran mayoría de conductas o comportamientos, puede no ser un único motivo; pueden haber múltiples factores y depende también de cada individuo; no todos son iguales.
Hay que entender que, como las personas, cada perro es distinto y hay perros con más o menos predisposición a gestionar mejor o peor ciertas situaciones; en este caso la soledad.
¿Cuáles son los problemas de gestión de soledad?
Los problemas con la gestión de la soledad es un estado de angustia que algunos perros sienten cuando no están en presencia de sus tutores.
Se caracteriza por comportamientos problemáticos que surgen como respuesta al miedo o el estrés asociado con la soledad.
Los perros son animales sociales por naturaleza y suelen desarrollar fuertes lazos con sus familias humanas.
Cuando estos lazos generan una dependencia excesiva, la separación y la soledad puede convertirse en una experiencia traumática.
Causas Comunes
-Cambios en el entorno: Las mudanzas, los cambios en los horarios familiares o la llegada de nuevos miembros al hogar, como un bebé o una nueva mascota, pueden desencadenar los problemas de soledad o ansiedad por separación. Los perros son sensibles a los cambios y pueden percibir estas alteraciones como una amenaza a su estabilidad.
-Experiencias traumáticas: Perros rescatados de refugios, situaciones de abandono o entornos abusivos tienen más probabilidades de desarrollar este trastorno. Estas experiencias pueden generar un miedo profundo a ser abandonados nuevamente.
-Hipersensibilidad o dependencia: Algunas razas tienden a ser más propensas a desarrollar dependencia emocional debido a su naturaleza afectuosa o su historia como perros de trabajo en estrecho contacto con los humanos.
-Falta de socialización: Los perros que no han sido expuestos a periodos regulares de separación durante su etapa de cachorro pueden tener dificultades para manejar la soledad cuando crecen.
-No habituación a la soledad y la falta de descanso: Es muy frecuente que cuando llega un cachorro a una casa, los primeros días la familia se vuelca en jugar e interactuar de manera muy continua, y cuando nos tenemos que ir y dejarle solo, pasamos al otro extremo, el perro no está habituado a estar unas horas sin interacción y se estresa por la sensación de soledad, que deberíamos de haber normalizado los primeros días bajando simplemente la interacción y dejando que aprenda a ser autónomo.
-Falta de entorno relajado: Los primeros dias deberiamos de preparar la casa para que el perro recién adoptado aprenda que ese entorno ( la casa entera o algunas zonas de la casa) son muy tranquilas y que puede dormir durante horas y sin distracciones, esto ayudará a que pueda relajarse y dormir en ese entorno cuando nos vamos. Ejemplo: si para el cachorro/perro el salón es un entorno con muchos estímulos (luces, ruidos) y es la zona donde solemos jugar con él, de difícil manera se podrá relajar y dormir en ese entorno cuando nos vamos y se queda solo.
Síntomas
Un perro con problemas de gestión con la soledad puede exhibir una variedad de síntomas, algunos de los cuales son más evidentes que otros. A continuación, se detallan las conductas más comunes:
- Ladridos excesivos o aullidos: Estos suelen comenzar poco después de que el dueño se va y pueden persistir durante horas.
- Conductas destructivas: Masticar muebles, arañar puertas o romper objetos en un intento de escapar o aliviar su estrés.
- Micción o defecación inapropiada: Incluso los perros habituados a hacer sus necesidades fuera de casa pueden tener accidentes debido al estrés.
- Hipersalivación o jadeo excesivo: Estos son signos físicos de estrés que suelen aparecer junto con otros comportamientos ansiosos.
- Intentos de escape: El perro puede intentar salir de la casa o el espacio donde está confinado, lo que a menudo resulta en lesiones.
- Comportamientos ansiosos previos a la partida del dueño: Temblores, inquietud o seguir al cuidador de manera obsesiva.
Consecuencias si no se trata
Los problemas con la soledad no tratados pueden tener un impacto significativo en la vida del perro y de su familia. Además de los daños materiales y el estrés emocional que causa, el perro puede desarrollar problemas de salud como:
- Pérdida de peso: Debido a la disminución del apetito o el gasto energético excesivo.
- Problemas digestivos: Como diarrea provocada por el estrés crónico.
- Lesiones: Causadas por intentos desesperados de escapar.
- Deterioro emocional: Los perros pueden volverse más temerosos o desarrollar otros problemas de comportamiento.
Soluciones y Tratamientos
Desensibilización detonantes de la salida:
Muchos perros empiezan a asociar ciertas señales (detonantes), como ponerse los zapatos o tomar las llaves, con la salida del dueño y ya empiezan a estar muy nerviosos. Para desensibilizar estos detonantes:
- Realiza esas acciones sin salir de casa, como ponerse los zapatos, coger las llaves y luego sentarte a leer o ponerte los zapatos sin salir por la puerta. Hazlo de manera casual y repetitiva para que el perro deje de asociar esas acciones con tu ausencia.
- Alterna las rutinas antes de salir para que el perro no anticipe tu partida.
Condicionamiento positivo:
- Proporcionar zona de descanso ( la casa entera sería lo ideal o alguna zona ); pocas luces y pocos ruidos: entorno chill, música relajante, todo el día, no solo cuando nos vamos.
- El perro tiene que aprender/asociar que la casa es un entorno muy tranquilo y que el descanso es muy fácil, ya que cuando nos vamos, vamos a querer que esté tranquilo la mayor parte del tiempo y que descanse.
- Estado emocional relajado en casa, quitar actividades que le sobre estimulen, si queremos que cuando se quede solo pueda estar relajado y dormir la casa tienen que estar asociada a esas experiencias.
- Fomentar su independencia cuando estamos todos en casa; si queremos irnos y que durante 3 horas el perro sepa estar solo, hay q ir habituando y normalizando esto mismo cuando estamos en casa, de manera progresiva y rutinaria
- Normalizar dejarle solo unos minutos porque nos metemos en el baño, dormitorio, cocina.. ya sea por que estamos fregando la casa, haciendo nuestras necesidades, etc…
- Usar la palabra «ahora vengo» para cuando nos metemos en el baño, cocina, dormitorio durante unos minutos, puede ayudar a que lo asocie a qué en poco tiempo “vuelven” las personas y se podrá usar cuando nos vamos a ir de casa, pero primero hay que trabajarlo en casa en cortos espacios de tiempo.
- Introducir periodos cortos de separación y aumentarlos gradualmente para que el perro aprenda a tolerar la ausencia de su dueño.
- No iros todos a la vez, y el último se tiene que ir con el perro en un estado de calma total.
- Asociar la separación con experiencias positivas, como juguetes interactivos rellenos de premios o golosinas especiales.
Establecer rutinas:
- Los perros prosperan con la estructura. Establecer horarios consistentes para las comidas, los paseos y el tiempo de juego puede ayudar a reducir sus niveles de estrés.
Ejercicio y estimulación mental:
- Proporcionar posibilidad de tener actividad física regular, como paseos relajantes con pocos estímulos y mucho olfateo, posibilidad de estar suelto con otros perros para cubrir sus necesidades sociales y de juego, esto ayuda a que el perro llegue a casa más relajado y promueve una mente calmada.
- Juegos de olfateo o de estimulación mental antes de irse para que cuando nos vayamos el perro haya terminado y nos podamos ir cuando su estado sea de calma total.
- Si usamos estos juegos para irnos, con el tiempo puede asociar ese juego con nuestra ausencia y no gustarle o convertirse en un detonante.
Crear un espacio seguro:
- Designar una zona específica donde el perro se sienta cómodo y seguro cuando esté solo. Esto puede incluir una cama cómoda, mantas y juguetes favoritos.
Consultar a un profesional:
- En casos graves, un etólogo o educador canino puede ser necesario. Pueden recomendar terapia conductual específica o, en algunos casos, medicamentos para ayudar a manejar la ansiedad.
Evitar despedidas emocionales:
- Salir y regresar a casa de manera calmada para no aumentar la ansiedad del perro. Ponerle nervioso cuando nos vamos no le ayudará a calmarse y llegar a casa y hacer un super evento de nuestra llegada tampoco le ayudará.. Las despedidas prolongadas pueden incrementar su estrés. Tanto las despedidas como nuestras llegadas tienen que ser de manera muy calmada, con interacción muy relajada. No ignorarlo al salir o al llegar. Saludar y despedirse de manera muy calmada.
Prevenir los problemas de gestión de soledad es más fácil que tratarlos una vez que se ha desarrollado. Algunas estrategias incluyen:
- Socializar al cachorro desde una edad temprana: Exponer al perro a diversas situaciones, personas y entornos para aumentar su confianza.
- Ausencia de soledad las primeras semanas y poca interacción: Se recomienda la ausencia de soledad las primeras semanas (3-4) ya que se va a encontrar en un entorno nuevo, pero a la vez tener poca interacción con el cachorro, normalizar el descanso y la baja interacción en nuestra presencia.
- Acostumbrar al perro a estar solo: A partir de la tercera o cuarta semana podríamos practicar periodos de separación breves, al principio en zonas de casa (baño, dormitorio) durante pocos minutos las primeras veces y aumentar su duración gradualmente.
- Proporcionar zona de descanso: Pocas luces y pocos ruidos: entorno chill, música relajante, todo el día, no solo cuando nos vamos. Es muy importante que el cachorro asocie el entorno de casa como un entorno de fácil descanso, ya que cuando nos vamos, necesitamos que esté relajado y se relaje en nuestra ausencia.
- Irnos de manera progresiva y calmada: Es más fácil que el perro gestione mejor nuestra marcha, si lo hacemos de uno en uno y el último se espera a que el perro esté relajado antes de salir de manera muy calmada de casa.
- Proporcionar juguetes y actividades: Dejar al perro con opciones de entretenimiento cuando esté solo; mordedores, snacks naturales. Si algún juguete le sobre excita mucho, no debería de estar presente cuando nos vamos ya que su presencia puede condicionar su estado emocional y estresarse más que relajarse
Conclusión
Los problemas con la soledad en los perros es un problema serio que requiere atención y compromiso por parte de los tutores.
Con paciencia, consistencia y, cuando sea necesario, ayuda profesional, es posible manejar este trastorno y mejorar la calidad de vida tanto del perro como de su familia.
Reconocer los síntomas temprano y tomar medidas adecuadas puede marcar una gran diferencia, fortaleciendo el vínculo entre el perro y su cuidador mientras se asegura una convivencia armoniosa y saludable.
¡Cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de intentar ayudarte!